"Yo ficharía a Schuster y a Messi o Cristiano con el dinero que quedara"

Bernd Schuster. Entrenador

"Con tanto entrenador que había visto, ni de broma deseaba serlo, pero quería seguir oliendo el césped", confiesa el entrenador del Málaga El alemán rezuma fútbol y muestra su lado más distendido y cordial

"Yo ficharía a Schuster y a Messi o Cristiano con el dinero que quedara"
"Yo ficharía a Schuster y a Messi o Cristiano con el dinero que quedara"
José L. Malo

08 de septiembre 2013 - 05:02

Bernd Schuster, difícil de llevar como futbolista, quiere hacer la entrevista en su despacho, abre la puerta de su mundo. Es sobrio, todo está ordenado. Hechas las presentaciones, lanza una broma y el clic de la grabadora, lejos de torcerle el gesto, invoca un torrente de anécdotas y muchas risas. Largas respuestas, ganas de charlar. Ahí va la primera entrega.

-¿Los jugadores con bigote tenían más personalidad?

-Mucho carácter, es verdad. Si cogemos a los de los bigotes, llegaríamos a ese punto. Ahí están Stielike o Camacho. Son cosas de juventud. Luego de mayor, como perdemos los pelos de arriba, nos quitamos casi todos. En mi época se llevaban los bigotes, ahora ha cambiado, que si los tatuajes, la gomina, los pendientes...

-¿Tenía claro que quería ser entrenador o de tantos malos ratos que les dio quería compensar?

-Yo dije que con 30 me retiraría; luego jugué hasta los 37. Y porque la rodilla no me acompañó, si no me voy hasta los 40. Y si pudiera, jugaría toda mi vida como futbolista, porque es lo más bonito del mundo. Luego dije que como entrenador ni hablar. Con tantos que había visto, ni de broma. Pero con 35 ó 36 años te preguntas qué quieres hacer, dónde vas a estar. Tras lo vi que en las oficinas, ahí tampoco quería estar, ni hablar, nada de traje y corbata. Pero había que seguir en el fútbol. Presidente tampoco. Pensé que me gustaba estar cerca del equipo, oler el césped de los estadios. Así que al final, tenía que ser entrenador. No me lo esperaba, pero bueno. En México, en mi último año como profesional, me inscribí para sacarme el último carné porque no quería perder el tiempo. En medio del curso me fichó el Fortuna de Colonia. No tuve tiempo para decir qué voy a hacer. Y fue una suerte porque el momento de la retirada es muy duro para nosotros.

-Dice que no abusa de charlas técnicas ni vídeos, es de ideas clásicas. ¿Cree que el fútbol cada vez se acerca más a un circo?

-Yo actúo según mi experiencia. Sé que los jugadores en general, si te escuchan cinco o diez minutos concentrados en una charla, ya es mucho. Si es más largo, ponen la persiana y es difícil llegar al jugador. Hay que andar con cuidado de alargarlo mucho. Los vídeos lo han revolucionado todo, los estamos usando mucho. En mi época no sabíamos lo que era un vídeo, yo no he visto uno en mi vida. Cada uno iba por su línea [en el campo] y el entrenador te daba unos detalles del rival. Pero esos informes de hoy, de balón parado, jugadas individuales, cómo sacan el balón... Eso hoy en día como entrenador es casi imposible que no lo utilices.

-El Madrid se gastó 100 millones en Bale. ¿Estamos locos?

-Eso es que año tras año se han ido aumentando las cifras. Se nota en las cláusulas de los grandes jugadores, por menos de 100 es imposible. Messi está en 200, creo. Se ha metido mucha gente con dinero en el fútbol, que para ellos no es tanto como para nosotros. Realmente, para el fútbol no es tan bueno que subamos tanto porque luego se forma una cola. Esto infla los precios de jugadores que vienen por detrás, jugadores que antes valían 5 o 6 ahora valen 20 o 25. Ese es el peligro. Será difícil. Creíamos que habíamos tocado techo con los 60 de Kaká o los 90 de Cristiano, pero se va a más. En Francia o Inglaterra ha entrado gente rica y aquí está Florentino, que es diferente, porque el Real Madrid ingresa mucho dinero.

-¿En la plantilla ve algún jugador que le recuerde a usted?

-Aquí no he visto a nadie parecido. Cada uno tiene su forma especial de ser, como profesional y como persona. Lo que pasa es que en mi caso lo mío fue muy exagerado, un carácter muy fuerte. Siempre quería ganar, las derrotas eran muy difíciles de digerir. Hay quien tiene más personalidad y quien menos, pero aquí no veo a nadie como yo.

-¿Qué virtud le gusta más en un futbolista?

-La anticipación. Un jugador grande es quien se anticipa, quien sabe ver las jugadas. Es un don, una cosa muy difícil de entrenar. Los que lo tienen lo disfrutan mucho. Eso te beneficia tácticamente como entrenador. Son gente que sorprende mucho. Cuando hablamos de tipos como Zidane, Messi o Iniesta, son gente que te sorprende. Los ves, intuyes algo y, de repente, lo cambian. Y nadie lo ha entendido. Eso es un gran don que tienen. Tenerlo es mejor.

-¿Y qué no le toleraría nunca que hiciera?

-Lo que no permito es que no sean profesionales. Para ser un gran jugador hay que ser un gran profesional. La gente que no lo es y cree que lo puede mezclar con la vida de otra persona que puede salir por las noche o comer lo que le da la gana se equivoca. No es posible. Nosotros tenemos que vivir para el fútbol. A los jugadores que no comprenden esas cosas, como entrenador, mi obligación es llevarles a entender eso y ayudarles para que cambien de idea. Si no te cuidas en el fútbol, tu carrera termina muy pronto. Es tanto bonito ser jugador que hay que alargarlo lo máximo posible.

-Si un futbolista le hace lo que hizo usted en la final de Sevilla contra el Steaua de Bucarest, ¿cómo reaccionaría?

-Primero, yo me preguntaría en qué estaría pensando él, por qué se fue. ¡Tendría un motivo! ¿Cuál? No me lo puedo inventar, así que pienso qué podría haber pasado. Y si no lo sé, le pregunto para que me lo explique. A lo mejor tendría razón. Pero si no haces eso, ya tienes un problema. Tienes que entender al jugador en todo lo que hace. A mí nadie nunca me preguntó por qué me fui del campo. Sólo oía que les había dejado tirados, que nunca más iba a jugar con el Barcelona. Nadie jamás me preguntó. Ni el entrenador, ni el presidente, ni el vicepresidente, ni un compañero. Esas experiencias mías me ayudan mucho en mi faceta de entrenador. En esto y en otras cosas. A lo mejor luego le hablas y lo entiendes. O no lo entiendes, pero ya sabes por qué lo hizo.

-¿A quién ficharía: a Cristiano, a Messi o al Schuster futbolista?

-Ahora mismo, a Schuster primero porque me hace más falta. Luego uno de los dos, depende del dinero que quede [risas]. Bueno, si ficho a Schuster ya quedaría poco [más risas]. No habría dinero para los dos, así que cualquiera me valdría. Cualquiera de ellos conmigo haría una pareja fantástica.

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