Al final, siempre viste de blanco

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El Real Madrid gana un derbi trepidante y teñido de jugadas polémicas y expulsiones gracias a un gol de Higuaín en el minuto 96 tras un absurdo penalti cometido por Heitinga sobre Drenthe

Higuaín celebra con alborozo el gol de penalti que anotó en el minuto 96 y que supuso el triunfo del Real Madrid en un derbi vibrante y polémico.
Higuaín celebra con alborozo el gol de penalti que anotó en el minuto 96 y que supuso el triunfo del Real Madrid en un derbi vibrante y polémico.
Iñaki Dufour (Efe) / Madrid

19 de octubre 2008 - 05:02

El Real Madrid aprovechó los regalos del Atlético, uno antes del primer minuto y otro en el último, para sumar un nuevo triunfo en el derbi, en el que, tras encarrilar el duelo en los primeros segundos y encajar el empate en el tramo final, encontró un tanto salvador del argentino Higuaín de penalti. La historia reciente de estos partidos tampoco cambió esta campaña en el Calderón, donde el equipo blanco no pierde desde hace nueve años, casi siempre marca primero, y rápido, y obliga a los rojiblancos a ir a remolque. Son demasiadas concesiones para un equipo tan fiable.

En 34 segundos, en la primera jugada, el Real Madrid ya mandaba con un gol de Van Nistelrooy. Su disparo desde treinta metros y junto al palo sorprendió al descolocado Leo Franco.

El paso de los minutos demostró que la apuesta rojiblanca fue errónea. Tanto en ataque, donde Agüero y Forlán eran dos islas contra siete jugadores rivales, más Casillas, como en defensa, porque el equipo blanco también tenía el balón y lo usaba mucho mejor en sus acciones ofensivas.

Ya fueran Raúl, Van Nistelrooy o Higuaín, el Madrid dinamitó la zaga del Atlético cada vez que llegaba a las cercanías del área de Leo Franco.

La cuenta de ocasiones madridistas era amplia. Del Atlético, muchas menos noticias, sólo las arrancadas de Agüero, solo contra todos los defensas del Madrid, y un tiro esporádico de Pernía detenido por Casillas. Menos aún cuando Perea se marchó a la ducha por un manotazo a Sneijder. Sólo se había disputado media hora de un intenso duelo, con algo de dureza, y con superioridad madridista en el marcador ante un equipo rojiblanco que pedía a gritos la entrada de un extremo como el portugués Simao. Pero el partido igualó de nuevo las fuerzas numéricas con una polémica roja directa a Van Nistelrooy.

Aguirre sólo esperó hasta el descanso para introducir en el campo a Simao. Su entrada en el terreno de juego cambió la dinámica del Atlético, ahora más rápida, más incisiva en ataque.

Un tiro de Banega, un remate también desviado de Forlán y un disparo alto de Maniche dieron nuevos ánimos al equipo rojiblanco, pero el Madrid, algo más replegado, tiene muchos recursos al contragolpe. Lo demostró Higuaín, primero, y luego Raúl y De la Red en la siguiente jugada.

Sólo Leo Franco, mucho más acertado que en el 0-1, evitó la sentencia del partido, porque respondió con agilidad a un remate a la media vuelta de Raúl, en una jugada preciosa, y detuvo el posterior lanzamiento en el rechace de De la Red. Los defensas del Atlético apenas se enteraron de las dos ocasiones.

Nada en el Atlético fue suficiente para lograr el empate hasta que apareció Simao. Era el minuto 90 de partido, una falta al borde del área y la especialidad del extremo portugués, que batió a Casillas para firmar el 1-1. Pero el Real Madrid todavía tuvo respuesta en los seis minutos de descuento, en un penalti del todo innecesario de Heitinga sobre Drenthe y transformado por Higuaín para decidir el derbi un año más(1-2).

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