De héroe a defenestrado

El fútbol es una trituradora de ídolos y así se confirmó ayer con la salida del montenegrino Pedja Mijatovic del Real Madrid: un viejo referente del club blanco, el héroe de la anhelada séptima Copa de Europa, se marcha después de tres años oscuros al frente de la dirección deportiva de la entidad.

El Real Madrid anunció la rescisión del contrato de "mutuo acuerdo". En realidad, Mijatovic abandonó la casa blanca un mes antes de que le despidieran, pues el club tendrá nuevo presidente a partir del 14 de junio y nadie contaba con su permanencia. Mijatovic pone fin así a tres años de controvertida labor, en la que recibió múltiples críticas por los fichajes realizados y los no realizados y por la gestión de la plantilla, por más que el equipo conquistara dos Ligas españolas.

Bajo su mandato, el Real Madrid firmó a 20 jugadores, 18 de los cuales todavía siguen en el plantel. La inversión total se disparó hasta los 275 millones de euros.

"Mi marcha es lo más oportuno con el objetivo de no interferir en modo alguno en los importantes acontecimientos que se sucederán en el club en las próximas semanas", explicó ayer Mijatovic en la página web del Real Madrid, en relación a las inminentes elecciones.

Mijatovic llegó al cargo en 2006, de la mano de Ramón Calderón, quien en enero dimitió como presidente del Real Madrid tras graves acusaciones de corrupción. Entonces, se especuló con que el secretario técnico también podría marcharse con él, pero decidió seguir en su bien remunerado puesto, a razón de 600.000 euros anuales.

Lejos queda aquel 20 de mayo de 1998, cuando el Real Madrid conquistó su séptima Copa de Europa al vencer por 1-0 a la Juventus de Turín en Amsterdam gracias a un gol postrero de Mijatovic. "El héroe de la séptima", lo bautizaron.

El montenegrino se convirtió en la bandera del madridismo al posibilitar que el equipo conquistara su primera Copa de Europa tras 32 años de sequía. Entonces, Mijatovic era el futbolista más adorado por su hinchada.

Abandonó el Real Madrid en 1999. Su regreso se produjo en 2006, al figurar en la candidatura de Calderón, quien finalmente se impuso en las elecciones. Entró como director deportivo, convenció a Fabio Capello para que fuera entrenador, pero desde el mismo día de su llegada le acompañó la polémica, acrecentada por su pasado como representante de jugadores.

Sus decisiones siempre fueron miradas con lupa y acumuló tantos logros como fracasos: funcionaron muy bien los fichajes de Van Nistelrooy y Pepe, pero no sucedió lo mismo con Metzelder, Saviola, Drenthe, Van der Vaart, Faubert y muchos más.

"Digo adiós con la sensación del deber cumplido y con un balance positivo en lo profesional y en lo personal", aseguró Mijatovic, otro ídolo caído.