Con la resaca tras conseguir la clasificación para la fase final de la Copa de la Reina, en el seno del Clínicas Rincón sigue resonando el nombre de Virginia Fernández. La guardameta tuvo una tarde que, a buen seguro, le hizo agradecer haber regresado a jugar al balonmano. Fernández, que era una de las joyas nacionales en categorías inferiores, dejó el deporte por motivos personales y, tras incorporarse la pasada campaña a los entrenamientos del equipo, el gusanillo le llevó a disputar las últimas jornadas a las órdenes de Diego Carrasco.

"Es un éxito tremendo, fue un partido muy emocionante. En la segunda parte supimos llevarlo a nuestro terreno y sumar parciales a nuestro favor. Así nos despegamos en el marcador sobre ellas y conseguir el pase a la fase final de la Copa, que era nuestro objetivo", declara Fernández. Ésta no quiso asumir su protagonismo y sólo podía expresar lo que sentía cada vez que salvó a su equipo: "No sabía si gritar más o quedarme callada, ha sido muy emocionante. La clave ha sido ver a tanta gente en la grada".

Fernández quiso destacar el "orgullo que siento por mi equipo" y los nervios que sintió cuando comenzó a disputar un choque tan importante. "Estaba bastante nerviosa porque he estado parada un tiempo y hacía mucho que no jugaba un partido de este nivel. Estuve segura de mí misma, que es como hay que ir si quieres ser algo", comenta.

A pesar de la victoria, el cuadro malagueño pasó bastantes apuros en una primera parte en la que el Aula Valladolid dominó gracias a su acierto ofensivo y a su férrea defensa: "Hemos notado los nervios al principio. Fue una primera parte muy dudosa para nosotras, tanto en defensa como en ataque". Finalmente, las de Carrasco supieron dar la vuelta a la situación y "demostrar que nos merecíamos estar en la fase final de Porriño".

Hasta que llegue esa cita histórica para el club costasoleño queda mucho. Concretamente, hasta el próximo 15 de abril. Tiempo de sobra para seguir creciendo como equipo y llegar a Porriño con las opciones intactas de dar la sorpresa. "Lo que venga en Porriño, bienvenido sea. Nuestro primer objetivo era éste y lo hemos conseguido. Ahora tenemos que ir pasito a pasito", confiesa una Virginia Fernández a la que la vida le ha cambiado en pocos meses. De estar apartada del deporte a ser la estrella inesperada en el día más importante de la historia reciente del Clínicas.