La incomodidad de coincidir con George Bush

La expedición cajista se encontró con fuertes medidas de seguridad debido a la visita del presidente norteamericano

George W. Bush, a su llegada al aeropuerto de Ben Gurion (Tel Aviv).
George W. Bush, a su llegada al aeropuerto de Ben Gurion (Tel Aviv).
N. Rodrigo / Tel Aviv (Israel) / Enviado Especial

10 de enero 2008 - 05:02

Debía ser un desplazamiento más o menos tranquilo. No es el de Tel Aviv un viaje muy apetecible para los profesionales del deporte. Muchas horas de vuelo para llegar a uno de los sitios más calientes e inestables del mundo y unas estrictas medidas de seguridad que prolongan en demasía la estancia en los aeropuertos. Pero la situación en Oriente estaba calmada en los últimos tiempos, con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, negociando un eventual acuerdo de paz. En la previsión de algunos periodistas desplazados a Tel Aviv para cubrir el encuentro del Unicaja entraba incluso la opción de visitar la Ciudad Santa de Jerusalén, pero no ha podido ser.

Hacía 10 años desde que un presidente de Estados Unidos en ejercicio no visitaba Israel. Y ahora, cuando el Unicaja afronta su quinta visita a Tel Aviv, George W. Bush se encuentra en Israel en el marco de una gira por Oriente Próximo que le llevará además a Kuwait, Bahreim, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Egipto y el territorio palestino de Cisjordania.

El presidente de Estados Unidos llegó por la mañana y, aunque no visitará Tel Aviv, estará alojado en el hotel Rey David de Jerusalén, a unos cuarenta kilómetros de donde se hospeda el Unicaja, el Sheraton City Tower. La presencia del mandatario ha provocado una fuerte oposición tanto en el bando israelí como en el palestino y ello ha provocado que se incrementen las medidas de seguridad. 10.000 agentes velan por la seguridad del séquito norteamericano. Y por Tel Aviv también se dejan ver.

A todo eso hay que añadir el ya rutinario control al que se somete a cualquier persona que viaje a Israel. ¿Conoce a alguien en Israel? ¿Alguien le ha dado algo para llevarlo a Israel? ¿Lleva algún arma en su equipaje? ¿Alguien ha manejado su portátil en los últimos días? ¿Para qué medio trabaja? ¿Conoce al resto de periodistas que viajan con el equipo? ¿Qué lugares va a visitar? Es un pequeño muestrario de las preguntas a las que fueron sometidos antes de subir al avión. Esta madrugada, antes de emprender el viaje de vuelta les espera otro interrogatorio similar.

Nada más llegar a Tel Aviv, un autobús del Maccabi desplazó a la plantilla al hotel y después a la sesión de entrenamiento que tuvo lugar en el Nokia Arena, donde esta mañana habrá sesión de tiro.

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