Corría el minuto 89 del partido ante el Granada 74 y Sandro dibujaba una milimétrica asistencia de gol que dejaba solo a Iván Rosado ante José Juan. Lástima para el Málaga que el guardameta, inconmesurable durante todo el partido, se adelantara al onubense y abortara una clarísima oportunidad de gol que hubiera supuesto el ascenso del equipo blanquiazul a Primera. Ayer, los dos protagonistas de la acción recrearon la jugada. Sandro, a pesar del fallo de Iván Rosado, elogió a su compañero: "Hemos tenido tantos entrenamientos juntos que es fácil compenetrarse con él. No tuvo la suerte de marcar, pero sólo el desmarque fue excepcional. Así es Iván, como persona un diez y como futbolista, espectacular".

Por su parte, el onubense quiso restar importancia a la acción: "No he visto la jugada todavía. Tengo claro que el control, al estar el campo seco, no fue bueno y el portero estuvo rápido y la cogió. Es lo que tengo en la cabeza, pero no le doy vueltas. El portero estuvo muy acertado, pero lo importante no es darle más vueltas, sino que lo tenemos en la mano, con toda Málaga apoyándonos".

A pesar de que el equipo sólo ha marcado un gol en los últimos tres encuentros, el onubense está convencido de que el equipo revertirá esa dinámica en el encuentro del domingo ante el Tenerife: "Se romperá seguro, estoy convencidísimo. Llevamos 41 jornadas en puestos de ascenso y en la última se estará, no sólo porque los demás fallen, sino porque vamos a ganar".

Para Sandro, que aún ayer estaba algo afónico por todo lo que chilló en el banquillo, la clave es que el equipo sigue dependiendo de sí mismo: "Están haciendo el cálculo del triple empate, pero hoy mismo estamos mejor que nadie. Ganando en casa somos segundos y fiesta".