La leyenda de Manuel Pellegrini
El chileno repasa su carrera y muestra su lado menos conocido en una entrevista con la revista 'Jot Down'
De todos es conocido el hermetismo de Manuel Pellegrini más allá de las ruedas de prensa anteriores o posteriores a los encuentros. Los actos en los que aparece a lo largo de un año casi se pueden contar con los dedos de una mano pero cuando el técnico malaguista muestra su otra cara, desvela un personaje poco conocido, cuya trayectoria en el mundo del fútbol, desde sus primeros recuerdos viendo partidos, ha venido marcada por la reflexión y el conocimiento que le rodea. Haciendo historia con el Málaga, el Ingeniero cuenta en una extensa entrevista con la revista Jot Down una pequeña parte de las grandes historias que forman su leyenda, desde los inicios hasta el momento presente.
De la infancia proceden sus primeros contactos con el mundo del fútbol, concretamente con el campeonato del mundo que se celebró en su Chile natal: "Recuerdo perfectamente el Mundial del 62 (Pellegrini tenía nueve años). Unos días antes, llegó la televisión a Chile y pude ver los partidos. Después tuve la fortuna de ser dirigido por Fernando Riera, técnico de aquel equipo, y también he conocido a casi todos sus jugadores". Posteriormente, llegó la etapa de jugador profesional. En ella, Pellegrini defendió los colores de la Universidad de Chile durante toda su carrera (más de 500 partidos). Aprovechó para negar la anécdota sobre su retirada, que se dice ocasionada al perder en un salto de cabeza con un delantero en edad juvenil que resultó ser Iván Zamorano. "Fue un comentario que hice para destacar el salto que tenía. Me impresionó el salto de este muchacho tan joven y que venía de Segunda", aclaró.
El sobrenombre que acompaña a Pellegrini es el de Ingeniero, pero según afirmó el chileno en la entrevista, sus intenciones a la hora de estudiar un carrera eran otras. "Era muy buen estudiante en el colegio pero en las pruebas de aptitud académica me fue mal en una y no quise reintentarlo, ya me fui a la Ingeniería. La Medicina sí es algo que me hubiera gustado aunque igual no hubiera podido ser futbolista", desveló. Así como el origen de su apodo data de su llegada a San Lorenzo de Almagro: "Me llamaron en un momento muy complicado, dije que por supuesto que sí. Y cuando llegué, como mi profesión era ingeniero y el estadio estaba por terminar, dijeron eso. Al final, un apodo ridiculizando a la persona que llegaba por ser ingeniero se convirtió en un apodo de respeto".
Pero antes de llegar a ese punto, Pellegrini había entrenado previamente en Chile y Ecuador. Etapas de comienzo y en la que fue adaptando su librillo con ideas que le calarían muy hondo, hasta tal punto de modificar el trato con los jugadores a sus órdenes. En Chile tuvo su primera experiencia traumática relacionado con los temas económicos (hasta la ocurrida con el Málaga el pasado verano): "Hubo un momento en el que no se estaban pagando los sueldos mensuales dentro del plazo. Hasta que un cheque, para cumplir con la fecha y evitar sanciones, se pagó el viernes a última hora, justo en el límite del plazo, porque si no perdían los puntos. Después vimos que no tenía fondos. Me encaré con él. Me molestan mucho los engaños y me fui [...] Los jugadores confiaban mucho en mí, pero no me sentía con la autoridad moral para dirigirles, para exigirles, después de ser tantas veces engañados". El entrevistado se mostró especialmente impactado recordando su etapa en Ecuador, por la pobreza que le rodeaba y la soledad a la que se vio sometido.
Y es que los temas sociales y políticos parecen ocupar gran parte de las preocupaciones de Pellegrini pero, como el mismo se encarga de explicar, no ve necesario tener que revelar su ideología. "Tú estás dentro de un club y dentro de él hay figuras que no interesa si piensan de una u otra manera, tú las quieres ver jugar dentro de su actividad. Por eso siempre me he negado, a pesar de que tengo una manera muy clara de pensar, a hacer pública, o a pretender un apoyo público hacia determinadas corrientes políticas", dijo.
Pellegrini se quita, por unos minutos, la careta que parece cubrir todo lo que no sea deportivo y deposita su mirada en un pasado no muy lejano que ha ido forzando su leyenda. Su paso por equipos históricos como River o Real Madrid, así como la heroica actuación con el Villarreal ya son parte de la historia, como lo será su recorrido con el Málaga en esta Champions. Sólo queda por ver cuál será el límite.
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