Una maratón sin homologación
La Federación de Atletismo no validó las marcas de la prueba al realizar una nueva medición del circuito recorrido y comprobar que faltaban 53 metros de la distancia mínima
El surrealismo de la situación ocurrida en la III Maratón Ciudad de Málaga el pasado 9 de diciembre, pocos metros después de la salida del estadio del atletismo, tuvo ayer su capítulo final, que eleva la situación al absurdo: no quedó homologado el recorrido que hicieron los corredores aquella mañana y, por lo tanto, se invalidan los tiempos conseguidos. Todo un varapalo para una competición que pretendía crecer.
La primera edición de la maratón fue organizada por una empresa privada, pero a partir de la segunda fue el Ayuntamiento quien se encargó de ello, experimentando un gran descenso de participación de un año a otro. Este tercero consiguieron un crecimiento en el número de corredores, además del mecenazgo de Abel Antón, que parecía impulsar de forma definitiva la prueba. Pero al poco de comenzar todo se torció. El coche guía aceleró demasiado y los corredores lo perdieron de vista, siguiendo al coche de la televisión que emitía el acto, el cual se saltó la vuelta que había que dar al estadio de atletismo y enfiló la calle abajo. Ante el inesperado contratiempo y tras discusiones en la puerta del recinto, se decidió dar dicha vuelta al estadio cuando llegaran en la segunda vuelta, en las postrimerías de la carrera. Desde la organización se apuntaba que así el recorrido superaba los 42,195 kilómetros que debe medir, como mínimo, el desarrollo de una maratón. El único contratiempo era que la Federación de Atletismo había homologado el anterior recorrido y no el realizado, por lo cual había que estar a la expectativa de que se pronunciaran. La medición se realizó a mediados de la semana pasada y el resultado no fue el esperado.
Ayer, el área de Deportes del Ayuntamiento emitió un comunicado en el que se informó de la no aprobación del circuito y su decepción por dicho veredicto, en un texto ambiguo donde pedían disculpas a los atletas pero recordaban que los técnicos de la Federación presentes indicaron que el trazado se ajustaba a lo exigido, incluso superando en 23 metros el kilometraje original.
La conclusión es definitiva y a la organización no le queda otra que aceptar. La mayor pérdida afecta a los atletas federados, cuyos tiempos no existen a efectos de la Federación de Atletismo. Es como si no se hubiera corrido y, por lo tanto, no aparecen en la lista de la institución. Para los corredores aficionados que participaron en la previa, en caso de que busquen un tiempo ajustado a la realidad, deberán sumar lo que tarden en recorrer esa distancia (aproximadamente unos 20 segundos).
Por suerte para la organización, no se dio ninguna situación delicada en lo que concierne a la entrega de premios económicos, ya que por bajar de un tiempo determinado se otorgaba el premio íntegro. La diferencia era mínima y no afectó a ningún caso.
La respuesta de los organizadores se limitó al comunicado. El director de Deporte del Ayuntamiento, Javier Imbroda, invirtió gran parte de la tarde en contestar en su perfil de Twitter a las protestas de los usuarios, pero no compareció en rueda de prensa para explicar la situación, al igual que el concejal de Cultura, Deporte y Turismo del Ayuntamiento, Damián Caneda.
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