Con la marca de Clemente
El Valladolid experimenta un cambio palpable desde que el técnico vasco se hizo con el equipo · Gracias a la línea de cinco defensas, tiene un balance de cuatro puntos de seis
Tras Mendilíbar y Onésimo, las polémicas declaraciones del capitán Alberto Marcos y la decisión disciplinaria de apartar a Pelé, sólo un tipo sin nada que perder como Javier Clemente podía ser capaz de coger los mandos del Titanic que suponía el Real Valladolid.
"Fútbol es fútbol" es una frase en la que Boskov recogía con excelente simplicidad la esencia de este deporte. Y el rubio de Barakaldo conoce de esto un rato. Por lo pronto, ha conseguido cambiar la cara de una plantilla abocada al descenso, al sumar cuatro puntos en dos partidos, incluido el contundente 3-0 al Sevilla de la jornada intersemanal. Aunque hoy vivirá la prueba de fuego en La Rosaleda, que dictamina si las últimas semanas son sólo un espasmo nervioso o una auténtica realidad.
SIN BALÓN
La presión de los de arriba a la defensa rival y, en su portería, tirar constantemente el fuero de juego son las máximas del nuevo Valladolid. Luis Fabiano y Kanouté ya lo sufrieron. En ello influye fundamentalmente la línea de cinco defensas, escoltada por el doble pivote defensivo compuesto por Borja y Baraja.
CON BALÓN
Si Onésimo probó un fútbol de toque, con desastrosas consecuencias, Javier Clemente pretende precisamente todo lo contrario. Ha detectado en la velocidad de Diego Costa su arma principal y no duda en abusar de ella. Palop puede dar buena cuenta de ello. Además, Manucho y Nauzet supieron enlazarse en el último partido y surtir con éxito al delantero brasileño.
LO MEJOR
Sin duda el mayor éxito del técnico de Barakaldo es la rigurosidad defensiva, que ha llegado gracias a la línea de cinco defensas y al buen nivel de jugadores como Nivaldo o Sereno. El equipo ha mutado y ahora concede oportunidades con menos facilidad, planteando un overbooking en su área incómodo para el ataque rival.
LO PEOR
La actitud del equipo, a pesar de que se palpa un cambio desde la llegada de Javier Clemente. Sin embargo, no se ha podido ver aún cómo actuarían en caso de ponerse por detrás en el marcador. Los antecedentes de esta temporada dictan que el Valladolid no sabe superar el golpe anímico que supone un gol. Además no podrán contar con Del Horno, el jugador más destacado de la defensa pucelana desde que se culminara su cesión en el mercado invernal.
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