Euroliga

Si no matas, te matan (73-75)

  • El Unicaja perdona al Montepaschi, que gana con una canasta de Viggiano sobre la bocina. La derrota, con polémica arbitral, complica el pase al 'Top 16' Volvió Caner-Medley.

De la gran Montepaschi que ha sido y es el coco de Italia durante una década no queda mucho, pero pervive. Las camisetas pesan y los escudos ganan. Y la visita del campeón transalpino, que ha ofrecido alguna de las mejores lecciones de baloncesto que se han visto en el Carpena, imponía respeto. Un rival necesitado es un arma de doble filo. Le pueden devorar los nervios o, al contrario, morder como instinto de supervivencia. Así, en la segunda opción, salió a jugar el equipo de Marco Crespi. Solía decir Sergio Scariolo que era la persona más apasionada por el baloncesto que había conocido. Y así, con una canasta en el último segundo de Jeff Viggiano desde la diagonal, a cuatro metros, ganó un partido (73-75) en el que combatió hasta la extenuación y en el que metió al Unicaja en un serio brete para meterse en el Top 16, al tiempo que el Montepaschi respira hondamente tras verse fuera. La dimensión de la derrota de ayer se medirá en pocas semanas. Puede ser grave, la corrección obliga a ganar al campeón de Europa.

Ese instinto de supervivencia del Montepaschi linda con la falta de instinto asesino del Unicaja, que no remató a un rival moribundo, al que sólo le quedaba una bala. No es injusta la derrota, porque cuando no se liquida un duelo en ventaja la culpa es propia. Por más que hubiera un punto de inflexión a dos minutos y medio. Una falta no pitada a Dragic derivó en una antideportiva de Toolson a Hackett. De tener dos tiros libres para ponerse seis arriba a estar uno abajo en un plisplás. Pero cuando Nik Caner-Medley, el jugador franquicia, tras un partidazo, falla dos tiros libres para poner dos arriba al equipo tampoco se puede culpar sólo al empedrado.

El sello del Montepaschi es mucho ritmo, un baloncesto que prescinde casi por completo del juego interior, con Daniel Hackett, padre americano y madre italiana, como capo absoluto, reivindicándose en su deseo de ir a la NBA. Las llaves del equipo las tienen él y el eléctrico base Erick Green, que en el primer cuarto destrozó la defensa del Unicaja con penetraciones o transiciones para generar canastas fáciles o tiros abiertos. El techo del equipo, Tomas Ress (2.08), tiene la muñeca como mejor cualidad.

Un funcionamiento básico, aliñado con una zona muy frecuente atrás que al Unicaja costó descifrar. La buena noticia es que Caner-Medley no notaba en absoluto el parón de 10 días para sanar su rodilla, era el mismo búfalo imparable que cuando se lesionó. Era la primera vez que coincidía en pista con Ryan Toolson, los dos teóricos focos anotadores del equipo cuando se confeccionó la plantilla. Si se equilibra su peso el Unicaja funcionará bien. Pero dominaba el Montepaschi, su ritmo guiaba. De nuevo, 23 puntos encajados en el primer cuarto por el equipo de Plaza, cifra demasiado alta. Y así, el cuadro toscano marcaba peligrosas distancias de hasta nueve puntos (18-27). Caner-Medley (nueve puntos al primer cuarto) era la luz que al Unicaja le permitía estar a tiro, con un catálogo de recursos variado para anotar.

Ahí emergió Zoran Dragic, que no entró en acción hasta el segundo cuarto, cuando relevó a Toolson. Plaza le da minutos, que los necesita, al americano, pero el esloveno es a día de hoy titularísimo en este equipo por más que al de Arizona se le caigan los puntos del bolsillo. Derrocha confianza, supera a su pares por físico e intensidad. Y es capaz de liderar al equipo. Cuando más llovía, Dragic se echó al equipo a las espaldas. Se igualó el duelo (32-32), con Carlos Suárez (cinco asistencias al descanso) repartiendo juego desde los dos postes y con un par de peldaños más en la escala defensiva colectiva. Suárez relevó a Kuzminskas, titular, que aún no completó su aterrizaje en Málaga. Plaza jugó sin bases en el último minuto y medio. Dragic subió la bola y el periodo terminó con dos canastas suyas, la última con una penetración sobra la bocina (41-39).

Plaza relegó de la rotación a Vidal (salió un momento al final del segundo cuarto) y Domas Sabonis. Empleó a Hettsheimeir como relevo de Caner-Medley. Y aún falta por añadir a Txemi Urtasun, con lo que los minutos se cotizarán más caros. En el tercer cuarto el Unicaja subió ya a los máximos los niveles de riesgo defensivo. Con Fran Vázquez a 10 metros de canasta haciendo 2x1 y el Montepaschi buscando las esquinas para lanzar triples liberados. Un arreón de entrada de Granger (49-44), del que Plaza se olvidaría en el último cuarto, fue cortado por su tercera personal. Otra secuencia espectacular con canastas a la media vuelta de Caner-Medley volvía a estirar la cuerda (57-53), pero el Montepaschi siempre encontraba un resquicio para colarse y mantener el duelo abierto, ora Hackett, ora Green. El Unicaja mandaba al final del tercer cuarto (64-63) por una diferencia inapreciable para lo que quedaba.

Un factor importante era el Carpena, en la mejor asistencia en Euroliga de los últimos partidos (5.600 personas) y, además, enchufadas. En esa tensión de que el Unicaja rompía o no y el Montepaschi se agarraba al duelo, momento Toolson, con cuatro puntos seguidos (72-66). Plaza rebajó el quinteto, con Suárez de cuatro. El momento Toolson continuaba, pero ahora negativamente, una pérdida, recuperada, y una antideportiva que permitía al Montepaschi adelantar tras triple de Viggiano (72-73). Punto de inflexión. Ganaba por cuatro el Unicaja y hubo una muy posible falta a Dragic al sacar el balón en una penetración. Robó Hackett y Toolson la recuperó. Según los árbitros en falta. Dudosa, pero como era el último, también antideportiva. El minuto final fue horrible. Con uno abajo, Caner-Medley tuvo tres tiros libres y sólo metió uno (73-73). Tenía bola el Unicaja a falta de 40 segundos. Calloway asumió la responsabilidad, su triple no entró, Fran no capturó el rebote por poco y le quedaron 24 segundos de posesión justos al Montepaschi. El Unicaja había realizado tres faltas y podía cometer una última. Plaza escogió defender, con la prórroga como premio máximo. Quizá por eso dolió más la canasta sobre la bocina de Viggiano, liberado desde cuatro metros tras 23 segundos de gran defensa. Pero el alambre era muy fino y el Unicaja se cayó. Las consecuencias del choque, mentalmente, son duras.

Ficha técnica:

73 - Unicaja (18+23+23+9): Granger (15), Toolson (7), Kuzminskas (2), Caner-Medley (18), Stimac (4) -cinco inicial-, Calloway (3), Suárez (4), Vázquez (-), Hettsheimeir (4), Dragic (16) y Vidal (-).

75 - Montepaschi Siena (23+16+24+12): Hackett (19), Green (20), Carter (10), Hunter (4), Ress (6) -cinco inicial-, Ortner (4), Viggiano (12), Cournooh (-) y Rochestie (-).

Árbitros: Belosevic (SRB), Koromilas (GRE) y Maestre (ITA).

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del grupo C de la Euroliga disputado en el Palacio de los Deportes, José María Martín Carpena ante 5.600 espectadores.

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