"Es el mejor equipo que ha pisado esta temporada La Rosaleda". La frase la esbozaba al término del partido Sandro y era el fiel sinónimo de lo que ayer acaeció en La Rosaleda. De las impresiones de los protagonistas del partido y de la reacción de los propios aficionados malagueños se podía extraer que el Málaga ayer había ganado un punto. Como botón, el cambio de Quincy en el minuto 87 del encuentro, cuando parte de la grada aplaudió la actuación del nigeriano nacionalizado holandés.

Y es que en la segunda mitad el silencio se apoderó de La Rosaleda cada vez que el Celta llegaba con peligro a la meta defendida por Goitia. Como confesaron los jugadores y el propio Muñiz lo mejor del partido fue el resultado. El Celta demostró ayer en Málaga que es una de las mejores plantillas de la Segunda División y que López Caro dispone de todos los mimbres para devolver a los vigueses a la máxima categoría del fútbol español. De los equipos que por el momento han visitado La Rosaleda esta temporada, el Celta ha sido el conjunto que mejores sensaciones futbolísticas ha trasladado al terreno de juego. Contundencia en la retaguardia, control de la posesión, conducción del balón y peligro al contragolpe fueron sólo algunas de las virtudes que el Celta mostró sobre el lamentable césped de La Rosaleda. Sólo el Numancia, con una filosofía futbolísitica muy diferente a la del Celta, había dejado en Málaga la imagen de un equipo sólido. El Salamanca, el Córdoba, el Eibar, el Las Palmas, el Xerez, el Racing de Ferrol habían sucumbido, de una forma u otra, al potencial del Málaga en su estadio, que hasta la visita del Numancia estaba siendo un auténtico fortín.

Con este encuentro el Málaga casi pone fin a uno de los tramos más complicados del calendario. Sólo el encuentro de la próxima jornada ante el Nàstic culminará un intervalo de jornadas donde los blanquiazules se han medido al Numancia, el Sporting, el Racing de Ferrol, la Real Sociedad y el Celta con un balance de dos victorias, dos derrotas y un empate. El empate del Elche en Córdoba y la victoria del Hércules ante el Nàstic provocaron que la frontera con el ascenso se mantenga en los ocho puntos.