Hay partidos que marcan la carrera de un jugador. En la de Alberto Díaz siempre tendrá un sitio un BilbaoBásket-Unicaja en mayo de 2012 en Miribilla. Con 18 años recién cumplidos, Luis Casimiro había tirado de él porque Valters y Rowland estaban apartados del equipo por diversas razones. El letón volvería después, pero la posición de base era ocupada por Berni Rodríguez y Alberto Díaz. En juego estaba el noveno puesto, que se mantuviera la licencia A de la Euroliga. La situación era tensa y dramática. Un pujante Bilbao, lejos de las penurias económicas de la actualidad, aspiraba a hincarle el diente al Unicaja y liberar una plaza para jugar la siguiente Euroliga.

Aquel día, Alberto Díaz apenas jugó nueve minutos. Tiempo suficiente para cambiar la dinámica del partido. Anotó siete puntos y repartió una asistencia. Un alley oop desde el centro del campo para Freeland. "No me habían dado un pase así en toda la temporada", decía el inglés medio en broma medio en serio tras el partido. Aquel día se quedaron en Miribilla con la matrícula del pelirrojo, que cautivó. Y ahora tiran de él para relevar, nada menos, que a Raúl López. Casi dos años después le llega a Alberto Díaz una oportunidad tremenda, una mili de tres meses que puede variar el curso de su carrera. Con 16 años debutó en la Adecco Oro, con 18 en la ACB. Ahora jugará a tiempo completo con un equipo que pelea por el play off. Este periódico desveló el pasado sábado la petición de cesión del Bilbao, oficializada ayer. Díaz ya está en el Botxo y ayer por la tarde ya se entrenó a las órdenes de Rafa Pueyo.

"Estoy muy contento y agradecido al Bilbao Basket, que me ha ofrecido esta gran oportunidad. También quiero agradecer al Unicaja las facilidades que han puesto, siempre aportando cosas positivas y a favor. Me han tratado con un cariño especial y siempre han estado para todo lo que yo necesitase", se despedía Alberto Díaz, que tuvo un guiño para sus compañeros de aventuras en el segundo equipo malagueño: "También quiero agradecer al Clínicas Rincón, este paso que estoy dando es gracias a ellos. Tanto a Francis Tomé, que ha sido mi entrenador desde pequeño y me ha estado guiando todos estos años, como a cada uno de mis compañeros: Pepe Pozas, ahora en Valladolid, Luis Conde, Tuti Sabonis… A todos sin excepción quería agradecer esta oportunidad que ellos me han regalado".

En Bilbao le espera una plantilla bragada, con toneladas de experiencia en las figuras de Mumbrúa, Hervelle, el propio Raúl López, Grimau o el mismo Germán Gabriel, un malagueño que le hará de cicerone en este periodo que es visto por el Unicaja y por el propio Alberto como una prueba para demostrar que puede jugar con el primer equipo malagueño.

"Tanto con Pepe como con Alberto son chicos que han trabajado muy bien durante la temporada y el mercado les ha brindado dos buenas oportunidades para seguir creciendo. Es una gran oportunidad para ellos. Suben un escalón en exigencia", decía Carlos Jiménez, portavoz del club malagueño: "Esta experiencia es grande la que van a adquirir y claro que estaremos atentos a cómo evoluciona Alberto. El Clínicas tiene una exigencia alta, pero no es el nivel de Liga Endesa. Es una buena prueba para demostrar las ganas y el nivel que tienen. El principal planteamiento del Clíncias es la formación sin olvidar la competición. Seguiremos tirando de cantera. Subirán del junior o del EBA respondiendo a las necesidades deportivas".