La partida de Freeland

El club cuenta con él, pero no ve con malos ojos una venta que deje dinero · El jugador aguarda que el Unicaja retome contactos para ampliar y le diga su rol

Freeland, tras coger un rebote con el Unicaja.
Freeland, tras coger un rebote con el Unicaja.
José Manuel Olías / Málaga

04 de junio 2012 - 05:02

Joel Freeland disfruta en Las Palmas de Gran Canaria de sus últimas semanas de vacaciones con su novia y su familia. El próximo 12 de junio está citado en Londres con el equipo olímpico británico, que empezará a preparar los Juegos dos días después, en Houston (Estados Unidos). El seleccionador, Chris Finch, entrena al equipo de la D-League de Houston, Río Grande, y en su día fue técnico ayudante con los Rockets, de ahí ese viaje a Estados Unidos.

Freeland aguarda con ganas esos Juegos Olímpicos, bastante ilusionado por desquitarse del mal segundo tramo de temporada vivido en Málaga. Empezó el año como MVP y lo acabó, con tres partidos finales parecidos a su mejor nivel, con un regusto amargo tras el bajón del equipo. El escaparate planetario que son los Juegos Olímpicos ilusiona a cualquier deportista. Y el ala-pívot inglés competirá a menos de una hora de su casa y en un evento en el que habrá muchos ojos. Evidentemente, los de la NBA, su objetivo final.

Durante la temporada, el agente del jugador, Falo Calvo, negoció con el Unicaja una revisión del contrato del jugador inglés. Cuando había un acuerdo más o menos perfilado, el club detuvo la negociación en vista de la mala deriva deportiva. Había muchas cosas en juego. Hay dos años más firmados con el jugador, pero una paradoja fiscal. Los impuestos se elevan pasado el tercer año del contrato y Freeland ganará más cantidad bruta como recogía la oferta que se le firmó en su día para que el Gran Canaria no igualara, pero menos neta para él.

Una paradoja que encierra también una situación indefinida para las dos partes. No están mal juntos, pero podrían estar mejor. Si el Unicaja recibe una oferta por el jugador cercana a sus cláusulas de salida (2.5 millones para Europa, 1.5 millones de dólares para la NBA), la escucharía, podría reforzar más posiciones. Pero hoy por hoy parece complicadísimo aspirar a un jugador del nivel de Joel Freeland en el panorama europeo con la disposición económica que existe y con la competencia de Turquía y Rusia, más los habituales, que elevan el precio del jugador bueno a cotas prohibitivas. Hay una doble corriente de opinión en el club. Que Freeland no tiene el perfil de líder dentro de la pista para ser determinante y ser el jugador franquicia. Y también la que dice que con el deficiente juego exterior del año pasado y con los dos y tres contra uno de las defensas rivales a los pivots, Freeland y Zoric fueron los más perjudicados.

El jugador, mientras, está bien en Málaga tras tres temporadas. De consumarse la salida de Berni y la probable no llegada de Cabezas, sería seguramente el capitán del equipo. Pero está el factor económico antes reseñado y también el deportivo. Repetidamente ha señalado que quiere aspirar a los títulos para continuar su progresión, algo de lo que se ha estado muy lejos en las dos últimas temporadas.

Y el asunto de fondo es que la continuidad o no de Freeland condiciona el resto de la plantilla. Quizá esta semana, cuando se conozca el presupuesto que haya para el equipo la próxima temporada, pueda haber novedades en la situación del inglés.

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