El partido perfecto

Cazorla aglutina todas las condiciones positivas del perfil de jugador que se buscó para edificar este nuevo Málaga. Futbolista de sobrada calidad y recursos en el campo, vida ordenada y mucha normalidad para afrontarla. Lástima que aquí hasta ahora no le permitan desarrollar más este último detalle, pues escucharle es hacerlo a alguien que no se evade y que da esa normalidad antes mencionada que otros tanto rehúyen.

Sus recientes experiencias ante el que es el próximo rival malaguista fueron más de frustraciones que de otra cosa. Primero, porque en sus siete temporadas en el Villarreal no fue capaz de ganarles jamás. Segundo, porque en los veranos de 2008 y 2009 se frustró su traspaso al conjunto blanco. En el primero de ellos hasta él lo daba por hecho. Lo captaron las cámaras de televisión llamando a su amigo Casillas para pedirle un buen recibimiento en su nueva etapa. Lo hacía con la naturalidad del que tiene la conciencia tranquila y no necesita esconderse. Al año siguiente fue su actual técnico quien quiso llevárselo al Bernabéu. La historia también es conocida y el asturiano la afronta con esa misma normalidad que cuando fue grabado hablando con el capitán blanco y asegura no sentir la más mínima nostalgia: "Mi posible fichaje por el Madrid es pasado. Hubo contactos, pero tampoco le doy importancia. Ahora pienso en el Málaga, en hacer cosas grandes y llegar a Europa".

Bajo esos mismos parámetros, los de la normalidad que cada vez escasea más en este club fuera de la mayoría de sus jugadores, prosiguió hablando del significado del encuentro en su vertiente más afectiva: "Este partido no es nada especial para mí, porque suelo tener muchos amigos en otros equipos como me ocurre con el Madrid. Sí te digo que es bonito enfrentarse a compañeros con los que compartes buenos momentos".

Con la coherencia como bandera también aborda las cuestiones más espinosas que se le pudieron formular: la comparativa entre Pellegrini y Mourinho, los problemas que está mostrando el equipo y la titularidad de Rubén, señalado tras el partido del Levante por lo que destacan los fallos de los porteros. "A Mourinho no lo he tenido como entrenador y no puedo opinar, los hechos y los títulos lo avalan. Al míster [Pellegrini] lo conozco mucho, desde hace mucho tiempo. Creo que ha demostrado que es un gran entrenador, los dos lo son", explicó elegante el asturiano, quien, de igual manera, no puso reparos en reconocer los errores mostrados por el equipo: "Nos falta algo de velocidad, es una de las cosas que tenemos que mejorar".

En su análisis constructivo no faltaron los aspectos que les llevaron a la derrota ante el Levante, en los que, como el miércoles Van Nistelrooy, incide en que buscan solucionarlos: "Pasaron muchas cosas. Hubo detalles que nos perjudicaron mucho y al equipo le faltó ese peligro en el último pase. Tenemos que mejorar para superar defensas cerradas, estamos trabajando día a día en eso".

Del mismo modo, espontáneo, porque el asturiano es así, opinó sobre el que, salvo que una suspensión cautelar exonere a Caballero, va a ser el meta titular ante los blancos: "Rubén se tiene que sentir respaldado por la plantilla porque confiamos plenamente en él. No podemos juzgarlo por un error, porque todos cometemos errores. Yo a él lo he visto bien, está tranquilo, está entrenando bien y tiene la confianza del entrenador y de los jugadores. Espero que salga un buen partido".

Reconocimientos al Madrid no faltaron. Cazorla los individualizó en dos de sus jugadores: "Aparte de Cristiano, por los goles, me quedo con la calidad de Özil. Es un grandísimo rival y todos queremos hacer un gran partido". Tras ello, dio con sus claves para el triunfo de mañana. Algo que experimentó como jugador del Recreativo de Huelva en la campaña 2006/07, en la que estuvo cedido. Fue en el Bernabéu y los onubenses dieron la campanada con un 0-3. "Siempre es bueno llegar a un partido después de haber ganado, pero hay que pasar página de la derrota con el Levante. Hay que hacer un partido muy completo, el Madrid tiene un potencial enorme y hay que hacer un partido perfecto". Pues eso, el partido perfecto, en el que, para Cazorla, la afición "es una parte importante para que el equipo vaya hacia arriba".