El poder de las Mauri

Una de ellas, Alejandra, nació en diciembre de 1992, mientras que la otra, Cristina, llegó al mundo en el mes de mayo de 1995. Ambas son nadadoras y conocidas ya a nivel nacional por su segundo apellido, Mauri. "Cuando vamos a los Campeonatos de España o de Andalucía la gente nos conoce ya como las Mauri", comentan las dos deportistas del Real Club Mediterráneo entre risas, "yo soy la mini Mauri", puntualizaba la menor de las dos hermanas entre risas.

La pasión que los padres de estas dos niñas nacidas en Inglaterra profesan por la natación fue inculcada a las pequeñas desde que eran muy niñas. "¡Cuando yo era pequeña mi madre me llevaba a natación para bebés!", explicaba risueña la pequeña de las dos hermanas.

Alejandra, la mayor, ejerce de ejemplo para Cristina, que ve en su hermana "un modelo a seguir". "Yo intento hacerlo lo mejor que puedo para que ella también lo haga bien", explicaba Alejandra, quien reconocía que a veces hay "piques entre nosotras cuando entrenamos". Y es que el hecho de que cada una compita en una modalidad diferente ayuda a que las hermanas se lleven bien en lo deportivo y sean independientes la una de la otra.

El primer premio que entró en casa de los García Mauri de la mano de las menores fue el logrado por Alejandra cuando sólo tenía 7 años: "Fue en el territorial de Malasaña, no recuerdo si me dieron una copa o una medalla, pero sé que me hizo mucha ilusión".

Dos horas de nado y una de gimnasio al día -aunque se escapa algún domingo en el que no hay entreno- es el esfuerzo que deben hacer estas hermanas con tal de ver luego las recompensas en las competiciones. "Es muy duro, pero al final acabas acostumbrándote. Además, como en el círculo que nos movemos es también de nadadores o de otros deportistas, todos nuestros amigos comprenden este sacrificio y lo hacen igual que nosotras más o menos", decían las dos niñas. Javier Castillo, Daniel Aragón y Antonio Luis Gómez son los entrenadores artífices, en gran medida, de que estas dos niñas hayan logrado ya medallas en un Campeonato de España absoluto con el equipo de relevos del Club Mediterráneo.

A corto plazo, el sueño de Alejandra pasa por lograr la mínima en los 400 croll para participar en el Campeonato de Europa del próximo mes de julio, algo para lo que lleva entrenando mucho tiempo y que puede conseguir hasta mediados del mes de junio.

A largo plazo, ninguna de las dos se atreve a marcar un objetivo: "Me gustaría ser campeona de España absoluta, pero está lejos", dice tímidamente Alejandra. Aunque ambas desean (y lo dicen con la boca llena) ser algún día "como María Peláez". "Las dos la admiramos muchísimo, es una gran nadadora y ha llegado muy lejos", afirmaba Cristina.