El premio a la constancia
El malagueño Rafa Huertas llegó a la ACB con el Menorca tras escalar desde la EBA
La colonia malagueña en la ACB aumentó esta temporada con Rafael Huertas Navajas (1984), fichado por dos temporadas por el Menorca Basquet. Germán Gabriel, Carlos Cabezas y Alfonso Sánchez son los otros jugadores de la provincia en la élite que no están en el Unicaja.
En los Guindos desde categoría infantil, Huertas debutó de la mano de Sergio Scariolo con el primer equipo, temporada 2003/04. Apenas dos partidos en su historial con el primer equipo, pero el primero no lo olvidará. "Fue en Euroliga, en el Carpena contra el CSKA. Guardo un recuerdo agridulce de aquel día, fue un poco raro. Era un partido importante, tuve que salir -Sonko y Berni estaban fuera y Bullock recibió un golpe que le dejó semiinconsciente- y tirar dos tiros libres. Me puse nervioso, la verdad. El Carpena lleno impone. Fallé un tiro libre y no fue un día redondo. Este año espero volver más tranquilo", reflexiona el escolta malagueño (1.90 metros), que también jugó otro partido de ACB en Murcia. Siguió una carrera itinerante para escalar desde la EBA (Montilla) pasando por la LEB 2 (Lliria) hasta consolidarse en la Adecco Oro con el Melilla en las tres últimas temporadas como un escolta importante en la liga.
La presencia de Paco Olmos como técnico del Menorca fue decisiva para que Huertas diera un salto que ya se barruntaba desde el verano anterior. "Al entrenador ya lo había tenido en Melilla en otra etapa. Conocía a muchos jugadores. La forma de jugar de Paco va bien con mis características, sabía el sistema de trabajo, lo que quería de mí... Llevaba dos años con alguna oferta de ACB, pero tenía contrato largo con Melilla, siempre luchando por el ascenso. Pero esto me ha permitido llegar más maduro a la ACB. He tenido suerte", dice Huertas, que está jugando una media de 18 minutos, con 2.9 puntos y un rebote de media. Confiesa que nota el salto: "Se percibe, sobre todo, la diferencia física. La gente es más grande, hay menos espacios. Se trabaja mucho más el scouting, no se deja nada al azar. Saben qué haces, con qué mano botas. Las cosas no me están saliendo bien, pero creo que es normal pasar un periodo de adaptación. Espero ir hacia arriba cuando esté más cómodo".
Huertas se mide hoy al Unicaja, el equipo en que se formó, aunque queda poca gente de cuando él debutó. "Creo que Berni, el fisio Mario Bárbara y Migue, que ahora es el delegado", recuerda: "Sabemos que vienen de un viaje largo y cansados de un partido hace menos de 48 horas. Cualquier partido aquí en Mahón es una oportunidad para nosotros, así que por qué no vamos a dar la sorpresa. Esperamos explotar esa pequeña deficiencia que puedan tener. Tenemos que conseguir 12 victorias para estar tranquilos y llevamos tres".
El escolta malagueño resume cuál es el sentimiento que ha experimentado en Menorca con el baloncesto: "Se vive el basket, la isla tiene mucha afición. No sólo en Mahón, vienen autobuses enteros de otros pueblos. El pabellón se llena casi siempre con buen ambiente. La verdad es que hace más frío de lo que esperaba. Llueve bastante, pero la isla es muy bonita. Es opuesto a Málaga, no hay nada de tráfico, mucha tranquilidad y todo te hace centrarte en el baloncesto. Es un lugar ideal para crecer".
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