"Mi primer referente en el mundo del fútbol es mi madre, aún juega"

Criado entre futboleros, se convirtió en el primer venezolano en disputar la Liga de Campeones "Bale fue el jugar más difícil que me tocó marcar", rememora de aquello

"Mi primer referente en el mundo del fútbol es mi madre, aún juega"
"Mi primer referente en el mundo del fútbol es mi madre, aún juega"
José L. Malo Málaga

10 de octubre 2014 - 05:02

Es un tipo muy familiar y más tímido que familiar. Rosales es uno de los soldados futbolísticos de su país. Criado entre balones, su triunfo siempre ha llegado de puntillas.

-Sus padres, su prima, su hermano y usted juegan o jugaron. ¿Tanto gusta el fútbol en su casa?

-Hay mucha tradición. Mis padres siempre me llevaron al fútbol. Recuerdo cuando era chico los partidos de mi mamá. Mi padre también estuvo ligado al fútbol. Ahora, después de retirado, se dedica a entrenar fútbol femenino; es profesor de Educación Física. Mi hermano juega, mi prima también. Es cosa familiar. Seguro que mi madre es mi primer referente futbolístico. Le hubiera gustado seguir. De hecho, aún juega en un equipo de madres. Trata de mantenerse activa. Mis padres me enseñaron todo, se lo debo a ellos. Tengo muchas imágenes de ellos desde chico en mi cabeza.

-Es decir, en sus reuniones familiares juegan al fútbol.

-Sí, así es. Cuando tenemos la oportunidad, en el bloque donde vivo jugamos con la familia y los amigos. Mi hermana y mi madre también se meten, cómo no.

-¿No eran unos raros por no practicar béisbol?

-A partir de 2.000 el fútbol ha venido creciendo. Estaba comprobado que el deporte nacional era el béisbol, un poco de básket también. El fútbol ha tenido más apoyo y mejor trabajo en categorías inferiores, todo amparado por el gran trabajo de la selección.

-¿Cómo apareció en su vida Salomón Rondón?

-Vivíamos muy cerca, en dos sectores muy populares al oeste de Caracas. Desde chicos jugamos juntos en Gulima, en la selección de distrito, y después tuve una buena relación con él. Él es menor que yo, pero siempre sobresalió por su tamaño y su forma de jugar. En esas selecciones de distrito siempre nos reuníamos y comenzamos a estar más juntos.

-Ambos eran delanteros. ¡El grande y el pequeño!

-(Risas). Es curioso, porque yo de chico era más ofensivo, jugaba por las bandas o el centro, luego fui yendo hacia atrás. En el distrito empecé a jugar de central y en los módulos de la selección ya era más lateral. En la selección sub 15 de Venezuela, el técnico Lino Alonso me llevó a jugar en esa posición. A mí siempre me gustaba jugar, me daba igual dónde. Incluso si me tocara portero daría lo máximo. Sólo quiero disfrutar en el campo.

- Tienen una espina clavada...

-(Se anticipa a la pregunta y responde) En cuartos de final, en la tanda de penaltis. Es una historia que llevamos con nosotros encima siempre. En Puerto la Cruz, en los cuartos de final, para clasificarnos. Nosotros éramos los referentes de la selección en ese tiempo y fuimos los únicos que fallamos. Fue una experiencia mala que ahora se convirtió en anécdota. Ahora es algo más jocoso, en su momento dolió.

-Son referentes para su país en Europa. ¿Responsabilidad? ¿Orgullo?

-Nos sentimos bandera de nuestro país. Siempre he sido agradecido a mis raíces. Venezuela me dio todo, me crió como persona y jugador. Venir a Europa es un poco difícil. En España el idioma no era problema. A mí me tocó algo diferente, pero si te centras en lo que quieres, eso te ayuda para mantenerte alerta y para trabajar.

-Es del distrito 23 de enero. ¿Cómo era la vida en el barrio?

-Yo jugaba al fútbol y al llegar allí había partidos de futbolito con el balón chico. Había encuentros entre bloques, entre letras, así se dividen los apartamentos. Se disfrutaba. Había algún lugar peligroso que evitar, pero entonces era más fácil, ahora la cosa está más delicada. Siempre intenté estar ligado al deporte para evitar todo eso.

-Allí está ahora el mausoleo de Hugo Chávez. ¿Ha cambiado mucho aquello?

-Es el mismo. La Parroquia del 23 de enero está compuesta por 56 bloques, 14 pisos y 150 apartamentos. Está al oeste de la ciudad de Caracas y tiene tradición mucho antes de que llegaran los restos de Hugo Chávez. Tuvo su época de referencia. Seguramente, con lo de Chávez, ahora cobró un poco más de importancia.

-¿Estudió algo?

-Siempre fui aplicado. En los estudios completé bachiller y luego me presenté a la Universidad para hacer Educación Física. Me tocó elegir entre eso y el fútbol. Llegué a estar admitido, pero me salió la opción de venirme a Europa. El fútbol era lo que más me gustaba y por suerte salió bien, pero siempre en la familia estuvo muy presente lo de la educación.

-Entonces tiene muchos entrenadores en casa.

-A cada partido que he jugado desde pequeño, ellos me decían "hiciste mal aquí, trata de hacer esto". Aun cuando crees que lo sabes todo, sigue habiendo cosas que mejorar y perfeccionar. Ese es mi día a día, con mis padres pendientes de corregirme y decirme cosas para que esté atento. Ellos quieren lo mejor para mí, está claro.

-El Genk le ficha tras verle en sólo dos partidos. ¿Tan bueno era?

-Cuando fiché por Gulima yo era sub 17, pero empecé a jugar el torneo sub 20, ya en categoría regional, saliendo de Caracas y jugando contra otros estados. Con eso di el salto a la Segunda B venezolana. Arranqué bien, jugando un buen torneo y el año siguiente pasé a las filas del Caracas FC. Hice la pretemporada y en el segundo partido surgió todo. Pero el trampolín estuvo en el Suramericano sub 20, eso me permitió ir a Europa.

-Cuando llegó al Viejo Continente, sólo Arango hacía ruido.

-Es el mejor jugador de Venezuela de todos los tiempos de largo. Aquí lo veía, de capitán en el Mallorca. Fue el pionero, el primero en abrirnos la puerta a los demás y nosotros tratamos de seguir sus pasos, hacer las cosas bien y seguir exportando jugadores.

-¿Lo tenía más difícil por tocarle jugar en Bélgica?

-Me tocó más difícil, sí. El idioma, entrenar con nieve, que era algo muy complicado para mí... Pero me tocó adaptarme. El francés no, pero aprendí el inglés, que me ayudó mucho a integrarme. Y luego está lo que te pide el entrenador.

-Y en 2011 Venezuela llega a las semifinales de la Copa América y se muestra ante los ojos del mundo del balompié.

-Esa Copa América es histórica para el país. Por primera vez llegamos a una fase así. Por cómo nos preparamos y jugamos, le dimos un estatus diferente a la selección. Cuando no te clasificas para una cita así, todo el trabajo que se hace no es que sea perdido, pero queda esa espinita de no destacar. En la clasificatoria del Mundial que viene intentaremos hacerlo igual o mejor, porque ahora la responsabilidad es mayor con la gente.

-¿Notan en Venezuela que ahora les miran muy diferente?

-Sí, ahora somos más conocidos, nos miran más y hay más jugadores en ligas importantes. En España, Italia, Rusia, y algunos destacando. Esto es un plus para el jugador y para el pueblo. A nivel estructural y organizativo queda mucho por mejorar, pero se está trabajando en ello para seguir avanzando.

-A usted el éxito le fue poco a poco, pero fue el primer venezolano en jugar la Champions.

-En Bélgica me adapté más al ritmo europeo. En Holanda la liga está un escalón más arriba y se nota. Jugar la Champions League era un sueño. Para el que juega en Europa sabe que es lo más importante. Yo de niño lo veía por televisión y soñaba con esa oportunidad hoy hecha realidad. Ahí queda el recuerdo de haberla jugado y espero algún día volver a estar ahí.

-En su grupo estaba el Tottenham, y coincidió con la irrupción de Bale. ¿Qué recuerda de aquel joven galés?

-Recuerdo el partido ante el Tottenham allí, muy complicado. Fue el jugador más difícil al que me tocó marcar por su técnica y velocidad. Tenía una rapidez increíble. Allí apenas estaba creciendo y ahora es muy completo. Pero para nosotros, en especial para mí, fue un encuentro muy especial. Pudimos jugar con el campeón de entonces, el Inter, con Eto'o, Zanetti, Milito, que eran emblemas, y eso te da una gran experiencia.

-¡Y usted marcó en Holanda ante ellos!

-El de allí fue más complicado, perdimos 4-1. En Holanda jugamos mejor y tuve la suerte de marcar un gol, sí. Para mí, extraño, porque que yo marque de cabeza es muy fuerte. Incluso después del partido seguía sin creérmelo. Gracias a ese gol pudimos completar un buen partido y firmar un 3-3 ante un gran Tottenham.

-Los que viven en otros países sueñan con venir aquí. ¿Sigue maravillado o desde dentro se ve de otra manera?

-Para nada es un secreto el nivel que tiene la Liga, una liga que te ayuda a estar al máximo. Es un sueño estar aquí, pero no por estar estoy conforme. Tengo que trabajar más y sentir más responsabilidad para progresar como jugador. Eso es lo que haré todo el tiempo que esté aquí.

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