El príncipe del judo

La historia de Gonzalo Estévez es la de un niño que echó los dientes en una familia llena de deportistas. Su padre, Ricardo, fue figura del voleibol malagueño y los hermanos de Gonzalo fueron los primeros en adentrarse en el mundo del judo. Tras ellos, el pequeño Gonzalo se ha convertido en una de las grandes esperanzas de un deporte ávido de referentes. Aún es pronto, pero los que lo ven hablan de alguien diferente al resto. De un talento puro que se ha llevado la medalla de oro en sus tres participaciones en el Campeonato de Andalucía.

Lo hizo en 2015 y 2016 siendo benjamín y ha vuelto a repetir en 2017, ya en categoría alevín. En esta última ocasión, la presea tuvo doble mérito, ya que el joven judoka malagueño era el más pequeño en edad y altura de todos los participantes. "Es uno de esos niños nacidos para este deporte, capaz de resolver en cuatro segundos unos combates cuya duración estipulada es de dos minutos", asegura Miguel Ángel Arias Campos, delegado de la Federación Malagueña de Judo y profesor del colegio St. George's.

Es ahí donde Gonzalo entrena cuatro días en la semana a las órdenes de todo un referente del judo nacional. No obstante, hablar de Miguel Ángel Arias es hacerlo de un campeón de España y miembro del equipo nacional de judo. Y él, que ha convivido con lo más granado del judo, sólo tiene palabras de asombro con lo que Gonzalo puede conseguir: "Su resolución en unas semifinales de un campeonato es algo sólo al alcance de unos pocos. Si mantiene esta progresión puede figurar en el futuro como uno de los mejores judokas a nivel nacional o internacional".

De momento, la intención de Gonzalo es la de continuar con su aprendizaje, sin marcarse metas demasiado altas. En su categoría, salta a la vista, apenas encuentra rival. Decide por talento innato, como los pequeños deportistas que terminan siendo gigantes. De momento, Gonzalo se conforma con ser el príncipe del judo.