Tras la disputa del Gran Premio de Hungría casi todo continúa igual en el Mundial, en el que Lewis Hamilton sigue líder con una mínima ventaja sobre el nuevo segundo clasificado, Kimi Raikkonen, después de que Felipe Massa perdiese la oportunidad de atacar la primera posición del campeonato, tras romper su coche cuando era líder.

Los entrenamientos del fin de semana en el circuito de Hungaroring habían generado muchas expectativas en torno al británico Hamilton, que venía de ganar las dos anteriores pruebas (Inglaterra y Alemania), tras la que se consolidó en la primera posición de la general. Pero Ferrari, que ya el año pasado dio el golpe definitivo en el último tramo de la temporada, parece no haber dicho su última palabra en la presente edición. Después de realizar una serie de mejoras en su coche, con el efecto más visual de la aleta de tiburón sobre el capó del motor, la escudería italiana estuvo a punto de firmar una tarde soberbia.

Parece que el toque de atención hizo efecto, hasta que el motor del Ferrari de Massa explotó a falta de tres vueltas para el final y, por su parte, Raikkonen debió levantar el pie del acelerador para no averiar su coche, debido a que detectó algún problema. No obstante, subió al podio; y no así Massa, que se quedó descompuesto junto a su coche.

Otra buena noticia para Ferrari fue el triunfo de Heikki Kovalainen en lugar del esperado de Hamilton. El finlandés se alzó con el triunfo, el primero de su carrera y que le llega en el mejor momento, cuando su función en McLaren ha sido criticada por algunos rivales y después de que la escudería le haya ampliado un año el contrato. Los dos adelantamientos fáciles que llevó a cabo Hamilton a Kovalainen en Inglaterra y Alemania levantaron muchas sospechas acerca de cuál estaba siendo su papel junto a Hamilton, piloto que el año pasado, en su debut, generó una relación muy extraña con Fernando Alonso. El propio Alonso se encargó estos últimos días de avivar la polémica cuando recordó que se sentía muy respaldado por su equipo y que si hubiese continuado en McLaren, estaría desempeñando el papel de Kovalainen, en una clara reprimenda al finlandés.

Al asturiano, además, no le faltó su sello intransferible de poner todo en tela de juicio, incluso para dudar de si su cuarto puesto era positivo, recordando que si Massa, Hamilton y Kubica no hubiesen tenido problemas, hubiese terminado sexto o séptimo.