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No quedan excusas en el enésimo doble o nada

  • Conjura Bajo el lema 'Llamamiento a la afición', los seguidores del equipo han convocado a todos los seguidores para buscar la ansiada victoria Novedoso Muñiz al fin podría repetir una alineación

El escenario se repite. El Málaga vuelve a La Rosaleda, dispuesto a afrontar un encuentro que es al mismo tiempo una necesidad y una oportunidad magnífica para recortar distancias con la salvación. Muñiz sigue parapetado públicamente por el presidente y llega un rival de la liga del sufrimiento, en esa donde el conjunto blanquiazul sigue teniendo butaca VIP. El factor diferencial lo pone esta vez la afición, que bajo el lema Llamamiento a la afición ha bautizado el encuentro como el día en el que el punto de inflexión ha de llegar sí o sí. En el fondo, no deja de ser otra vez la misma historia, esa en la que la segunda victoria de la temporada no puede postergarse más.

De hecho, toda la conjura organizada por la afición tras ver en Sevilla que su equipo no estaba muerto será un increíble apoyo para el equipo, una situación impensable teniendo en cuenta que hace once jornadas que no hay victoria blanquiazul. Sin embargo, nadie quiere pensar qué ocurrirá si cuando Clos Gómez indique el final el resultado no es el que todos esperan hoy. Los episodios maños están muy cerca y únicamente de pensar en ello a Fernando Sanz le entran escalofríos.

No obstante, a pesar de que los números siembren hielo en La Rosaleda, no es menos verdad que en caso de lograr los tres puntos se puede abrir el ansiado panorama optimista: el conjunto de Muñiz sumaría cinco encuentros consecutivos sin derrota (incluyendo la vuelta de la Copa del Rey) y frenaría una sangría intolerable en Martiricos para un equipo que aspira a mantenerse en Primera.

Hay argumentos para pensar en positivo. Primero de todo está el buen tono exhibido en el Ramón Sánchez Pizjuán la semana pasada -por más que ayer el Sevilla se mostrase impotente e incapaz ante un Valladolid con más de medio tiempo en inferioridad numérica-. El equipo mejoró sus sensaciones globales, pero especialmente ganó en reputación ofensiva (también marcó un par de tantos en Tenerife y, a excepción del choque en Riazor, siempre ha marcado a domicilio en esta Liga). En el vestuario se considera el inicio de algo que se quiere mantener y, sobre todo, hacerlo bueno hoy en forma de tres puntos.

Otro gran motivo, seguramente derivado de lo que ocurrió el sábado, es que Muñiz podría repetir alineación por primera vez esta temporada. Hacía muchas jornadas que no se abría una posibilidad tan cercana como la de esta tarde. Habría un problema, pequeño en lo cuantitativo porque sería un solo cambio, y sorprendente en lo cualitativo, porque sería sentar a Weligton en el banquillo. No tendría más trascendencia si no fuera porque en dos años y medio, siempre que al brasileño se lo han permitido las lesiones y las sanciones, ha arrancado los encuentros como titular. Sentarse en el banquillo de La Rosaleda en Liga sería una sensación muy novedosa para él.

La lectura contraria estaría en el palo para Manolo. Si el brasileño vuelve al once (lo haría en el eje de la zaga junto a Iván, que se empieza a asentarse como titular), el gran sacrificado sería el lateral, de quien es justo decir que dejó casi a cero a Perotti, tan celebrado en los últimos meses como una de las revelaciones del campeonato. Asume Muñiz que el paleño es capaz de lo mejor y de lo peor y que Weligton, centrado y sin ruido en su cabeza, es el mejor defensor que posee, aunque hoy tendrá que hacer un ejercicio de justicia con la alineación.

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