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No hay red por debajo

  • Triunfo o adiós Un Unicaja mermado afronta un 'match ball' en la Euroliga ante el Lietuvos Rytas, que la semana pasada ganó en Vitoria y que dejaría virtualmente fuera a los malagueños si vence en el Carpena

El margen de error es nulo. El Unicaja se juega seguir con vida en la Euroliga esta noche en el Carpena. Un motivo más para ir a ver a un equipo que ha recuperado sensaciones y la sonrisa con el cambio de entrenador, pero que ha perdido tres de cuatro partidos. Queda el regusto agradable de ver cómo compitió en el Buesa Arena, pista hostil en el último lustro. Es el camino. El equipo fue en Vitoria duro mentalmente, se fajó cuando estaba ocho abajo, tuvo entereza, personalidad. Falló con el estoque. Lo recuerda el entrenador, está muy bien dar buena imagen, pero hay que ganar partidos.

Con 10 días sin partidos oficiales en perspectiva tras jugar jueves y domingo con Lietuvos y Fuenlabrada por la ausencia en la Copa del Rey, sería duro quedar descabalgado de dos competiciones a principios de febrero. Sabido es que la ACB es prioritaria, pero la Euroliga es la mejor competición del continente, no está de más recordarlo. Es consciente el cuerpo técnico cajista, que lo recuerda siempre que puede y que intenta transmitírselo a los jugadores. Se espera que la grada se conecte para prolongar la vida en la Euroliga. Y hoy hará falta. No está el último fichaje, Gerald Fitch, que debutará en Euroliga en la vuelta en Vilnius. Tampoco Carlos Jiménez, fastidiado en su rodilla derecha. Juegan Almazán y Sinanovic, más Freire.

La victoria del hoy rival en el Carpena, el Lietuvos Rytas, en el Buesa Arena la semana pasada abrió el grupo y minimizó los efectos de la derrota amplísima encajada en Atenas. Las cuentas de la lechera dicen que el Panathinaikos puede ganar ahora la secuencia de dos partidos con el Caja Laboral. Y si el Unicaja derrota al Lietuvos en el doble enfrentamiento, todo dependería del equipo de Chus Mateo en las dos últimas jornadas. No dejan de ser cuentas absurdas, pero de alguna manera es pensar en que es posible todavía llegar al Top 8, a los cuartos de final. Tampoco está de más recordarlo, sólo se llegó a esa instancia en la temporada de la Final Four. O sea, que quien quiera motivarse no lo tiene complicado.

Enfrente hay un rival peligroso, que ha crecido mucho en las últimas temporadas y que ambiciona dar un paso más. Siempre ha rendido cuando ha conseguido jugar la Euroliga y ahora no es la excepción. Martynas Gecevicius vuelve, después de dos semanas apartado por una lesión de rodilla. Es el segundo máximo anotador de su equipo y fue objeto de deseo de parte del equipo malagueño durante el pasado verano. Como Jonas Valanciunas, un pívot de 18 años que vale un millón de euros y al que hoy seguirán desde el palco del Carpena un puñado de ojeadores y consultores de equipos de la NBA.

En fin, que el Unicaja necesita ganar esta noche para prolongar su vida europea al menos durante dos semanas más, hasta Vilnius. El esfuerzo colectivo y la mejora experimentada en los últimos encuentros salvo el paréntesis de Atenas invita a pensar que es posible, aunque nadie dijo que sería sencillo. Los que están sanos y activos deben dar un plus. Desde McIntyre a Archibald. Porque no hay red debajo que cubra un fallo.

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