Un respeto muy pernicioso

Betis y Las Palmas empataron a cero en un encuentro en el que dos de los máximos favoritos al ascenso a Primera División jugaron más a no perder que a ganar, aunque los canarios gozaron de más ocasiones y los locales terminaron pidiendo la hora porque jugaron el tramo final en inferioridad numérica por la expulsión de Perquis en el minuto 71.

Los dos equipos se profesaron un respeto quizá excesivo, un respeto pernicioso que no dejó que sobre el césped se desarrollara todo el potencial de fútbol que podrían atesorar ambos. Esto, lógicamente, deparó un primer tiempo malo y espeso en el que nadie quería descuidar su parcela y la única ocasión la tuvo Las Palmas a causa de una sucesión de rebotes.

A la media hora, una falta frontal repelida por la barrera terminó en Ángel, cuyo centro despejó Matilla contra su propio larguero y no pudieron remachar ni Nauzet Alemán, que se topó con Adán, ni Aythami, que ya festejaba cuando la pierna de Figueras salvó el gol sobre la misma raya.

El Betis apenas si creó peligro sobre la meta del guardameta ex verdiblanco Casto. Entre otras cosas porque sus dos medios centro, Lolo Reyes y Matilla, eran incapaces de conectar con Kadir, a quien el técnico Julio Velázquez desplazó a la media punta, ni con Rubén Castro, muy desasistido en su pelea con los centrales canarios, David García y Aythami.

La segunda parte tuvo en su comienzo un escenario idéntico, con los grancanarios dominando la posesión y el centro del campo ante un Betis timorato que no encontraba otro recurso defensivo que las constantes faltas. Así, dos entradas duras del defensa francés Perquis le costaron la expulsión cuando aún quedaban veinte minutos en los que Las Palmas intensificó su dominio y gozó de un mano a mano de Nauzet Alemán para abrir el marcador pero Adán lo evitó con una magnífica mano baja.

Con Juan Carlos Valerón ya sobre el césped y al mando de las operaciones, Araujo sí consiguió batir al portero bético pero De la Fuente Ramos anuló el tanto por un fuera de juego que le señaló su asistente.