El césped de La Rosaleda está bajo tratamiento. La clásica resiembra de verano para fortalecerlo. Pero la fachada interna de La Rosaleda ha cambiado mucho, y más tiene que cambiar. Las normas UEFA para participar en Europa tienen el campo en obras desde hace semanas. Ya hay algunos avances. Tangibles y no tanto. Como los en torno a 200 abonados que ya han dado su visto bueno al necesario proceso de cambio de asiento que tiene que acometer el club para acercar los pupitres de prensa hacia el centro del campo.

Hay que recordar que son los socios centrales de Tribuna, algunos de los que disfrutan de la mejor ubicación del estadio, los que tienen que dar su consentimiento para la transformación de la zona. Se habla de abonados veteranos, de los de toda la vida, y eso obliga a una gran sensibilidad.

La ronda de llamadas está dando su fruto, algunas con un punto más de trabajo que otras. Aun así, en el club se las siguen viendo para encontrar más hueco en el aforo. El estadio perderá en torno a medio millar de butacas para las obras de acomodación de las cámaras y las vallas publicitarias. Sumado a la avalancha de peticiones para nuevos socios (hay 1.500 es lista de espera), el mal rato es mayúsculo. Se están retranqueando vallas y se habilitará el actual palco reservado a los futbolistas y familiares para entradas VIP.

Este último apartado es el más complicado de solventar. En un principio, la UEFA comentó al Málaga que debía reservar en torno a 800 metros para la zona VIP. No obstante, en la práctica es un sólo un punto de partida. Se obliga a reservar al menos 400, empresa aún ardua aunque más alcanzable. Una de las opciones que cada vez cobra más peso es la instalación de unas carpas interiores en la zona del antepalco para ganar los metros requeridos de manera alternativa.

A finales de agosto tendrá que estar todo listo para que el Málaga afronte el choque de ida o de vuelta de la previa de la Liga de Campeones. Antes, en alguna de las presentaciones de las nuevas incorporaciones, los aficionados ya podrán ir dando buena cuenta del cambio de aspecto que está experimentado la estructura de Martiricos estos días.