El Real Madrid de esta temporada es casi inabordable. Sólo ha perdido ocho encuentros en esta campaña y sólo un equipo ha sido capaz de vencerle en dos ocasiones. Es el caso del Olympiacos, el espejo en el que se refleja el Unicaja para intentar empatar la eliminatoria. El conjunto de Bartzokas, al igual que el de Plaza, empezó perdiendo una serie, la de cuartos de final de la Euroliga, por 2-0 tras sucumbir en los dos encuentros en el Palacio de los Deportes de la CAM.

Ya dijo el técnico catalán que no veía a un conjunto abatido, sino con ganas de que llegase el tercer envite para comenzar la remontada, algo improbable pero que ya hizo el Unicaja, el único equipo que ha sido capaz de remontar un 2-0. En aquella ocasión eran los cuartos de final ante el Etosa Alicante y con el factor cancha para los malagueños. Aun así, los cajistas pasaron a semifinales.

Se quiere repetir la historia, más heroica que entonces, y para ello pasa por intentar que el Real Madrid no despliegue su juego. El Olympiacos lo consiguió en El Pireo en las dos ocasiones que jugaron. El conjunto de Bartzokas impuso su ritmo lento para frenar las acometidas de Llull, Sergio Rodríguez y Rudy Fernández, y dejando en las manos de su mejor hombre el balón.

El Unicaja no tiene un Spanoulis en el que apoyarse, pero sí un conjunto equilibrado que ya ha dado más de un susto a los de Laso. Se pretende que el juego sea abierto, lo que en principio hacía favorecer los intereses blancos, pero en los encuentros en Madrid se ha visto a un cuadro cajista capaz de correr igual que los madrileños.

En los dos encuentros de Euroliga entre el Olympiacos y el Real Madrid en Atenas el conjunto local capturó más rebotes y metió más bajo el aro. Parece claro que para hacerle daño al cuadro dirigido por Pablo Laso el Unicaja se tiene que apoyar en la intimidación y en la aportación de sus pívots, con Fran Vázquez y Caner-Medley a la cabeza.