"No me siento mejor persona por ser campeona olímpica"

Fue elevada a los altares olímpicos hace un año y hoy la sevillana, con el horizonte de Río 2016 presente aunque quede un mundo, prepara feliz una nueva etapa vital: la maternidad

Marina Alabáu posa en la playa de Valdevaqueros con su tabla mientras disfruta de la puesta de sol.
Marina Alabáu posa en la playa de Valdevaqueros con su tabla mientras disfruta de la puesta de sol.
Juan De La Huerga Sevilla

11 de agosto 2013 - 05:02

A Marina Alabáu le encanta que los planes salgan bien y el guión esbozado en su cabeza se ha cumplido paso a paso. La regatista sevillana, campeona de todo en tablas a vela, fue cuarta en los Juegos de Pekín, inscribió su nombre con letras doradas en Londres 2012 y hoy vive una nueva etapa que culminará en octubre, cuando dé a luz a su primera hija. Esta semana festejó, aunque no sea muy de celebraciones, el primer aniversario del oro de Weymouth. Sólo está pendiente de que en el embarazo todo vaya en orden, pero no olvida la cita de dentro tres años: Río de Janeiro 2016.

-7 de agosto de 2012, ¿qué imagen recuerda continuamente de ese día?

-El final de la regata, cuando iba a entrar en la meta con los brazos en alto, con todos los españoles animando con banderas. No se me olvida la cara de mi entrenador, las de los fotógrafos llorando de emoción. También cuando volví al puerto y me sacaron del agua encima de la tabla; por supuesto la ceremonia y la siestecita que nos pegamos. Hasta dos días después no paré...

-¿Ha contado los homenajes, premios y galas desde entonces?

-No, pero han sido muchísimos hasta el viernes de la semana pasada, cuando en Sanlúcar de Barrameda la Junta me premió como mejor deportista de 2012.

-Es una mujer de retos: cuarta en los Juegos de Pekín, oro en Londres, va a ser madre 14 meses después de la medalla justo al inicio del próximo ciclo olímpico...

-Sí, seré madre en octubre. Me ha salido todo redondo. Hace dos años lo tenía así planeado y que haya salido perfecto... Mejor no podía haber sido. Bueno, hay que esperar a que nazca la niña y que vaya todo bien.

-Cumple 28 años el 31 de este mes, ¿por qué no ha demorado la maternidad a después de Río de Janeiro 2016?

-Es mi marido quien iba con más prisa que yo. Tiene 31 años y no quería a esperar a los 35. Pero estamos en la edad perfecta para ser padres. Y siempre he querido serlo joven.

-¿Le costaba más ir a entrenar antes o ahora tirar de la barriga?

-Ir a entrenar es bastante más duro. La barriga supone no hacer nada en todo el día, esperar hasta octubre. Me lo tomo con mucha tranquilidad, disfrutando del primer verano de mi vida de vacaciones.

-Su hija se va a llamar...

-Marta, en principio. Lleva muchos meses siendo Marta. Él quería un nombre clásico y español, nada inventado ni raro. Me parece sencillito y clásico.

-Su marido, Alexander Guyader, es su entrenador: ¿se llevan el trabajo a casa?

-No, para nada. Desconectamos bien. Ahora somos una familia aparte de un equipo, fuera de los entrenamientos no nos saturamos. Tenemos otra vida a la que damos más importancia que a la deportiva. Igual sale un comentario comiendo, pero sin relevancia.

-Siendo él francés, ¿celebran más el 14 de julio o prefieren el 12 de octubre?

-Nosotros no somos mucho de celebrar fiestas. Ni siquiera tenemos en cuenta los domingos si nos toca entrenamientos.

-¿Le hacen gracia los guiñoles o se indigna por la caña que dan a los deportistas españoles?

-Se ríe bastante y también le hace gracia que a los españoles les moleste. Es cierto que los franceses tienen un humor especial, no es el mismo que el nuestro. Él es de La Rochelle.

-Da la imagen de chica seria. Demuestre que no es así y cuente alguna gamberrada o peripecia de Weymouth, el campo de regatas de los Juegos de Londres.

-En los Juegos tenemos un contrato de conducta y vas con mucho cuidado porque si no lo haces, te echan a la mínima. Y que lo hagan por una tontería después de llevar cuatro años preparándolos... Gamberrada no hice ninguna.

-¿Cómo se ve al resto de los mortales siendo la mejor del mundo en algo? ¿Siente algo diferente?

-Sí y no. Antes veía a un campeón olimpico y decía "¡guauuu!", lo admiraba mucho y era especial. Pero ahora que lo soy yo, no hay ningún cambio en mi vida ni me siento mejor persona por eso. Sí reconozco que me siento mejor deportista.

-¿Se le pasa por la cabeza ser la abanderada española en Río de Janeiro 2016?

-¡Bufff! Va a depender un poco de estos tres años, de los resultados que consiga y lo que se me escuche. Para ser abanderada en Río primero tengo que clasificarme. Sería lo máximo, aunque hay muy buenos deportistas españoles y suelen elegirlo no sólo por los resultados, sino también por la fama.

-¿No ha intentado convencer a su hermana Blanca, joven regatista de la misma clase, para que no se dedicara a esto?

-No, siempre la he apoyado en lo que quiera hacer. La he ayudado con material para entrenar, con la técnica... Tiene 16 años y este verano se está planteando si seguir o no. Son muchos sacrificios. Ella lleva entrenando todo el verano y prefiere vacaciones con los amigos. Apoyaré lo que decida. Blanca ha visto todo lo que me he sacrificado y lo duro que hay que trabajar para ser campeona olímpica y con 16 años puede pensar que no merece la pena. Lo mismo me pasó a mí a esa edad precisamente. Fue justo el cambio de Mistral a RS:X. Con la anterior categoría lo habría dejado, pero probé la nueva tabla y no se me dio mal. Con 16 tuve una crisis deportiva y no sabía si merecía la pena viendo a los amigos divirtiéndose por ahí, mientras que yo debía entrenar y descansar.

-¿En algún momento de su carrera ha dicho "agua, trágame"?

-Ahí, con 16 años, pero debo reconocer que yo salía y al día siguiente me iba a entrenar. A mi hermana le cuesta más.

-¿Con qué otro deportista o equipo se ha emocionado viéndolo competir?

-Lo más emocionante fue en los Juegos de Pekín con la Medal Race (última regata con puntuación doble) de 49er de mis amigos Iker Martínez y Xabi Fernández. Fue de infarto, me puse a llorar, habían remontado de forma increíble, supuestamente habían ganado el oro porque hubo un problema con los daneses, que rompieron el barco y cogieron el croata, algo que está prohibido, y lo dieron por válido por el espíritu de los Juegos. Fueron momentos de mucha tensión, lo vivimos todos y al final fueron plata. Cuando vi eso empecé a entender a los entrenadores y cómo se ve el deporte desde fuera. Es mucho más difícil y te pones más nervioso que vivirlo desde dentro. De hecho, cuando veo en vídeo una Medal Race en la que participo, me emociono más que cuando compito.

-Admítalo: las historias de que hacen regatas entre tiburones son leyendas urbanas, ¿no?

-Entre tiburones habremos competido, pero yo no los he visto, aunque puedo garantizar que hemos hecho regatas con ballenas, cachalotes, delfines... En el Mundial de 2011 en Perth sí había tiburones, aunque yo no los viera. No es peligroso, no pasa nada.

-Lleva desde niña viajando, ¿cuántos países conoce y cuántos idiomas sabe?

-Bueno, sola nunca he ido a ningún lado. Los países no los tengo apuntados. Son bastantes pero tampoco tantos porque repetimos la mayoría. Sobre los idiomas, casi perfecto sé el español (ríe). Me entiendo también en francés, inglés y portugués. El francés por mi marido, el inglés porque viajo mucho y el portugués porque paso los inviernos en Brasil. El que peor se me da es... el de mi marido.

-Si la situación en España fuera aún a peor, ¿sería capaz de empeñar la medalla?

-Depende de la situación en la que me encontrara. Nos tendríamos que estar muriendo de hambre mi familia y yo. Sería el último recurso.

-¿Le afecta la reducción de ayudas económicas en el deporte?

-Sí, ha habido mucho recorte. Acaban de salir las becas ADO y afortunadamente las han mantenido, pero he perdido varios patrocinios, como el de la Junta, y las ayudas federativas han bajado un 60% para materiales, campeonatos y concentraciones.

-De Marina a Mariano, ¿se atrevió a darle alguna queja cuando estuvo en La Moncloa con el presidente Rajoy?

-No, pero lo vi bastante cercano con los deportistas, algo que me impresionó porque los políticos te dicen algo y se van rápido. Él habló con cercanía, me preguntó por mi embarazo y charlamos de deporte porque le gusta mucho. De política no dijimos nada.

-¿Qué dicen de este país fuera?

-Cuando voy por ahí no charlo mucho, pero en general creo que la gente tiene muy buen concepto de España. Bueno, casi todos hablan del Madrid y el Barcelona, el fútbol español es lo más popular mundialmente. Tampoco es que converse mucho sobre economía. Mi opinión es que en España se vive bien dentro de lo que cabe, pese a la crisis, a los parados y a que económicamente estamos mal, pero por ejemplo sales a la calle tranquilamente hasta la hora que te da la gana. No es comparable a la corrupción de Venezuela o Brasil, donde paso tres meses y la propia Policía no es segura. La calidad de vida, sin contar la parte económica, no se está tan mal aquí. Brasil es un país emergente y no se vive tan bien y en Venezuela a las cinco de la tarde no es seguro estar en la calle porque te secuestran.

-Blanca Manchón defendió a capa y espada la presencia del windsurf en los próximos Juegos en detrimento del kitesurf. ¿Será más dura aún la batalla entre las dos por la única plaza olímpica en RS:X?

-Dentro de tres años habrá un selectivo y según estos resultados será una la elegida. Si ella peleará con más ganas tras defender la posición del windsurf, habría que preguntárselo a ella.

-¿Se liga mucho con una tabla de surf bajo el brazo?

-Es cierto que la gente que navega siempre está más morenita y luce más musculito que el que no lo hace, pero a partir de ahí... Practicar windsurf o deportes de mar te hace estar más guapo porque no es lo mismo pegarte en una oficina de ocho a ocho que trabajar en la playa.

-Usted vive del viento, ¿es de las pocas personas que disfruta cuando salta el levante?

-Sí. Si no es muy fuerte, claro. Vivo en Tarifa y cuando es fuerte no se puede salir, pero si es levante asurao (del sudeste), se queda el mar superplano con el agua limpia y para navegar es una pasada.

-¿Sabe hacer todos los nudos marineros?

-¿Yooo? No, sólo tres que me hacen falta: el haz de guía, el ocho y el ballestrinque. Esto nos diferencia a los regatistas de barcos de los windsurfistas.

-¿Tomó alguna vez biodramina?

-Me imagino que no porque no sé lo que es.

-Una pastilla para el mareo.

-Ah, no. Pero reconozco que me he mareado alguna vez en un barco; en la tabla claro que no.

-¿Ha pasado miedo en el mar?

-Sí, sí. Sin ir más lejos en los Juegos se pasa miedo. Y mucho por la presión que hay por ser campeona olímpica. Da más pánico ganar que perder. También cuando entra una tormenta con rayos o un viento muy fuerte y no eres capaz de volverte. O una niebla sin visibilidad. En China eso pasaba mucho, venía la niebla y no eras capaz de llegar al club porque perdías la orientación.

-De vacaciones irá a algún sitio de secano, ¿no?

-Pues no, porque en vacaciones voy con mi marido y él quiere playa, playa, playa. Y yo también. En las ciudades nos agobiamos.

-Test de sevillismo: ¿qué dos jugadores se han ido al City?

-Jesús Navas y Negredo, pero apenas veo la tele, ni escucho la radio. Además, la gente que me rodea no habla de fútbol. Los telediarios me parecen tristes, deprimen.

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