El futuro de Carlos Cabezas estaba encaminado hace un mes a volver a portar el número 10 del Unicaja. Pero el club cambió de planes, retiró una primera oferta que le había presentado y un acuerdo casi perfilado porque estimó una estructura diferente de plantilla. Cabezas será sometido a tanteo por el CAI Zaragoza, pero es una pieza apetecible en un mercado con una importante carestía de cupos de calidad constratados como el jugador malagueño.

Cabezas inicia hoy una aventura ilusionante. Viaja a la meca del baloncesto, a Estados Unidos. Allí realizará entrenamientos privados con, al menos, New York y Memphis. Ambos equipos están a la búsqueda de bases. Puede parecer una opción utópica, pero lo cierto es que los Knicks han dialogado con Pablo Prigioni, como se ha publicado estos días, y los Grizzlies, por petición de Marc Gasol, tienen en cartera a Víctor Sada, bases de no mucho mayor caché que Cabezas. Ambos equipos buscan bases y están en pleno casting, a la espera también de lo que se elija en el draft de la NBA, para encontrar suplentes para Jeremy Lin y Mike Conley, respectivamente.

"La verdad es que me lo tomo como una experiencia apasionante, sin mayor pretensión. Si saliera algo, pues magnífico, claro. Pero voy tranquilo y a disfrutar, a ver una estructura diferente. Por ejemplo, el lunes entrenaré en el Madison Square Garden. Nunca he viajado a Estados Unidos y me apetecía, una vez que aún no conozco mi futuro, en qué equipo jugaré el año que viene", decía ayer por la noche el base malagueño poco después de una sesión de entrenamiento en Marbella con su padre. Lleva dos semanas de trabajo una vez terminó el descanso tras la temporada. La semana pasada estuvo en Tenerife, en un campus al que acude anualmente, y ya se puso en marcha para esta experiencia. Cabezas hizo, por petición de la Federación, las pruebas físicas y médicas como el resto de convocados para los Juegos, estaba en la lista de los 24 preseleccionados. Scariolo optó por no llevar al campeón del mundo y de Europa a la selección B ("España 2014", según la FEB), en la que están jugadores de la clase media-alta de la ACB, algunos con proyección para el futuro, otros más maduritos.

Cabezas viaja hoy a Madrid para tomar después un vuelo a Estados Unidos, donde estará una semana. Están prefijadas esas dos citas, pero la agenda está abierta. Uno de sus agentes, David Carro, se encuentra en Miami en las finales de la NBA e irá a recibirle para guiarle en su estancia en los Estados Unidos. "He estado hablando con el Chacho [Sergio Rodríguez] y Raúl López, buenos amigos que han jugado allí en la NBA. Ambos me han animado a irme para allá, no tenía nada que perder. Y la verdad es que apetece", insiste Cabezas, que ya da por abandonada la posibilidad de jugar la próxima temporada en el Unicaja, como sí se veía hace un mes. "Sí, me vi de vuelta aquí, pero el club cambió de opinión y ya está. Mis agentes dicen que ahora el mercado se activará y estoy abierto a las proposiciones que lleguen. Me gustaría jugar en Euroliga, pero vamos a ver qué hay por ahí", reconocía el base malagueño, que ha digerido ya la decepción por la decisión del Unicaja de no contar con él después de haber contactado.

Los entrenamientos privados de las franquicias se realizan ante la vista de los dirigentes y técnicos y se prueban las diferentes cualidades que se entienden que se necesitan para reforzar al equipo. El sueño americano de Cabezas comienza hoy. De momento, hoy sólo es una aventura de una semana, pero igual es algo más. Será el primer jugador malagueño en entrenarse para franquicias de la NBA, lo que no deja de ser algo no visto por aquí.