Alberto González. Triatleta

El triatlón va en la sangre

  • El malagueño prepara el Mundial junior de Holanda tras ser campeón español en Bañolasl "El objetivo será estar entre los 15 primeros", asegura el menor de los hermanos González

Alberto González, en la bicicleta, habla con su hermano Ignacio en el gimnasio del Ciudad de Málaga.

Alberto González, en la bicicleta, habla con su hermano Ignacio en el gimnasio del Ciudad de Málaga. / foto: Javier Albiñana

Actualmente muchos jóvenes desean dedicarse al triatlón por triatletas como Javier Gómez Noya o Mario Mola. Es algo que viene mucho tiempo produciéndose en deportes como el tenis o el automovilismo, entre otros. Aparecen figuras a las que todo el mundo quiere parecerse. Rafael Nadal, Fernando Alonso, Pau Gasol, Carolina Marín... El deslumbrante panorama actual del deporte español es una constante fábrica de sueños de muchos jóvenes. Algunos se aficionan a un deporte en concreto por ellos, otros, en cambio, lo llevan en la sangre. Es el caso de los hermanos Alberto e Ignacio González. Campeones en triatlón y duatlón en España, sus nombres siempre aparecen en competiciones internacionales de primer nivel de cantera triatleta. "Me inicié en el triatlón por mi padre. Él hacía triatlón en categoría Élite, y cuando yo nací fue el momento en el que lo dejó porque también había nacido ya mi hermano. En 2005 hubo un triatlón en Carranque, me apuntó y ese fue el primero. Yo le agradezco mucho que me haya metido en su mundo", explica Alberto, el menor de los dos, que tras ser campeón de España en categoría júnior en Bañolas (Gerona), disputará el Campeonato del Mundo de la misma categoría en septiembre, que se disputará en Holanda. "Estoy muy contento. Era mi tercer título consecutivo y siempre tienes esa presión de revalidarlo. Hizo calor en Bañolas. Yo ya tuve malas experiencias con el calor en el clasificatorio para el Europeo, pero pude afrontarlo bien y controlar la situación", declara.

Está tranquilo, sabe que lo que le espera en Róterdam será un clima diferente. "El objetivo es estar entre los 15 primeros, pero al fin y al cabo es lo que el cuerpo responda el día de la prueba y, sobre todo, disfrutarlo. Róterdam va a ser un circuito técnico de bici, con muchos giros y muchas curvas, y el clima es más frío, hay que trabajar la habilidad en la bici, puede beneficiarme más, pero cada competición es un mundo". El calor ya le ha pasado malas experiencias en el pasado, aunque de todo se aprende. "El año pasado, preparando el mundial para Cozumel (México), ya sabía lo que me esperaba con el calor y la humedad. Entrené bastante y acabé en el puesto 63, por lo que fue decepcionante. Pero me hizo aprender que siguiendo el mismo entrenamiento que siempre he llevado, haciendo mi rutina, solo tienes que llegar a la competición y hacerlo lo mejor posible", asegura Alberto.

Con solo 19 años, el menor de los González ya sabe lo que es ser campeón nacional y subcampeón de Europa. Sabe que el trabajo lo está haciendo bien, pero siempre hay algo en lo que incidir. "Tengo que mejorar la bicicleta. Es algo que vas mejorando a lo largo del tiempo. Cuando tenía 16 años me quedaba de muchos grupos, y ahora que tengo 19 he podido coger experiencia en pruebas como el Mundial, Campeonatos de Europa, Grand Prix -liga francesa- y Bundesliga -liga alemana-, y ya intento estar delante en el grupo y bajarme a correr más cómodo". Hoy, de hecho, Alberto compite en Embrun, la tercera prueba de la competición francesa en la que su equipo, el Sartrouville marcha líder del Grand Prix.

Un trabajo que, con la universidad, se hace más difícil, algo que no le hace perder la ambición deportiva. "Empiezo la carrera de fisioterapia y quiero intentar compaginar los entrenamientos y los estudios lo mejor posible. Pasando a ser sub 23, el primer año espero clasificarme para el Campeonato de Europa y el Mundial". Un salto de categoría que sabe, por experiencia de su hermano Ignacio, que no es sencillo. "Hay cosas que cambian. La distancia de carrera aumenta, por ejemplo. Pero él se adapta bien a los entrenamientos. El primer año tuvo algunos problemas físicos que le impidieron tener una continuidad en los entrenamientos. Este año ha comenzado con problemas en la rodilla, pero se ha recuperado y ahora afrontará bien las pruebas. Es muy constante".

Cada día, la rutina de Alberto, como la de su hermano, es muy distinta a la de cualquier joven de su edad. "Nos levantamos a las siete u ocho de la mañana, vamos a la universidad, y si las clases nos lo permiten con un horario más reducido, completamos la mañana hasta las 11 allí y después metemos una sesión de bicicleta o de carrera antes de la comida. Por la tarde hacemos lo que no hayamos hecho por la mañana y natación". Un día a día que puede llegar a dificultar la vida social, pero que, si se lleva bien, es posible compaginar. "El nivel va subiendo y las horas de entrenamiento son mayores -entre cuatro y seis al día-, y más que las horas de entrenamientos son también las de recuperación, así que queda poco tiempo. Pero hay que tener tiempo para la familia y los amigos porque son un apoyo diario y es de agradecer", asegura porque, para aislarse de su deporte "estar con ellos y hablar de nuestras cosas, es una buena terapia".

Mucho esfuerzo dedicado a un deporte extremadamente duro, pero que puede llegar a ser igual de bonito. No se trata solo de formar parte de grandes competiciones, sino de todo lo que envuelve el poder estar en la élite. "Todo el mundo quiere ir a unos Juegos Olímpicos, pero yo creo que el hecho de pelearlo, estar en las Copas del Mundo y Series Mundiales, estar compitiendo que es lo que me gusta, ver mundo y coger experiencia es algo bastante interesante y un reto a conseguir. Si son unos Juegos Olímpicos mucho mejor porque es el sueño de cada deportista, pero el hecho de intentarlo ya es bonito", concluye. Para llegar a ello tiene muchos espejos en los que mirarse, y algunos de ellos son españoles: "Me quedo con el de Mario Mola porque he podido ver su trayectoria en júnior y es espectacular ya que es un chico corredor que la natación le costaba más, pero fue campeón del mundo junior y ha seguido escalando. Además, tenemos a Javier Gómez Noya que es cinco veces campeón del Mundo. Hay donde fijarse". También en el panorama internacional, donde los hermanos Brownlee copan la mayor atención. "A partir de ellos ha habido un cambio muy importante en la historia del triatlón. Antes, la carrera a pie, los 10 kilómetros, se corrían en 30-31 minutos y llegaron ellos y empezaron a correr en 29. Han hecho mella en este deporte", destaca.

Alberto González seguirá, junto a su hermano y su padre, recorriendo el mundo nadando, montando en bicicleta y corriendo. Añorando "la paella de mi padre", disfrutando de la saga de libros de Harry Potter, de la que es un fiel seguidor. Pero sobre todo, Alberto seguirá compitiendo y soñando con dedicarse a algo que toda persona desea, su pasión. Como decía Confucio: "Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios