Un 'turista' en el Tour llamado Armstrong

Andreas Zellmer (Dpa) / Pamiers

20 de julio 2010 - 05:02

Casi 16 minutos de retraso en los Alpes y otros 15:14 en la primera etapa en los Pirineos. Sin duda alguna, Lance Armstrong, de casi 39 años, se había imaginado una despedida muy distinta del Tour. A falta de fuerzas, está dispuesto a seguir hasta París con humor negro. Abandonar no lo contempla.

Bromea con los espectadores y conversa animadamente con sus compañeros de equipo. El estadounidense dispone ahora de todo el tiempo que quiera en una profesion en la que se lucha duramente por los segundos. Su carrera terminó hace ya tiempo, tras su hundimiento en Morzine, donde perdió 11:45 minutos. "Yo no soy de los que abandonan y tampoco lo haré ahora", señaló el estadounidense tras ocupar el puesto 70 en la meta de la primera etapa pirenaica el domingo, con final en la cima de Ax-3 Domaines.

En su decimotercer Tour, Armstrong está descubriendo la dimensión turística de la prueba: "Es una situación nueva para mí. Puedo escalar los puertos con calma, mirar a mi alrededor, hablar con los espectadores y pasar un buen momento". Primero ciclista profesional, luego cicloturista y ahora, sólo turista.

Con la llegada del ocaso deportivo vino también la mofa de los aficionados. "Se vende bicicleta. Pregunten a Lance Armstrong", se leía ayer en la calzada. Sus rivales, sin embargo, no se suman a las burlas.

Para el ciclista norteamericano abandonar está descartado, pero mantener el ritmo de los mejores ya no es posible. Su coqueteo al inicio de la prueba con una posible octava victoria se vio castigado cruelmente, y ahora figura en la larga lista de deportistas que no se supieron retirar a tiempo. Como el gran Eddy Merckx. En su ultimo Tour, en 1977, el belga terminó en el séptimo lugar. Armstrong, que el domingo en París anunciará probablemente su despedida, tendrá peor suerte que Merckx: a falta aún de las etapas pirenaicas más duras figura en el puesto 31, a 40 minutos y 31 segundos de Contador.

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