La última frontera
En el soberbio palmarés de Aíto García Reneses sólo falta un título de Euroliga tras haber disputado tres finales y haber tenido otras tres presencias en 'Final Four'
En el extensísimo palmarés del que puede presumir Aíto García Reneses sólo hay un hueco: la Euroliga. La competición que anoche comenzó a andar en Vitoria y que mañana aterriza por octavo año consecutivo en Málaga, el maná del baloncesto europeo que tiene dividido al personal por las cuitas entre la Euroliga y la ULEB. Aíto ha vivido en primera persona el 90% de las últimas 20 ediciones de la máxima competición europea. Muchos triunfos, al tiempo que desencantos por no culminar obras magistrales con el Barcelona. La sensación de no poder cuadrar el círculo pese a tenerlo extremadamente cerca.
Pocos entrenadores pueden decir que han dirigido a un equipo, siempre en el Barcelona en este caso, en seis Final Four. Aíto sí. Apenas Obradovic, Maljkovic o Messina tienen un currículum similar en constancia. De esos seis paseos con los cuatro mejores del continente en tres ocasiones consiguió el técnico madrileño guiar a su equipo a la última instancia: en 1990, 1996 y 1997. La mítica Jugoplastika de Kukoc, Radja y compañía en Zaragoza; el millonario Panathinaikos de Maljkovic con aquel ilegal tapón de Vrankovic a Montero en París; y el no menos poderoso Olympiacos de un superior David Rivers en Roma frustraron respectivamente la acometida final al trofeo. En 1989, 1994 y 2000 fueron otra vez la Jugoplastika, el Joventut y el Maccabi, esta vez en semifinales quienes acabaron con las aventuras del Barcelona. Cuando se le ha cuestionado por el particular, Aíto declaró alguna vez que hay a quien se le recuerda por sus victorias y a quien se le recuerda por sus derrotas.
No parece una posibilidad muy realista que este Unicaja pueda aspirar al máximo cetro continental con garantías. Los transtlánticos han sacado la chequera y pelear con ellos parece complicado. El deber es estar en el Top 16, como se ha hecho en las tres últimas temporadas, y a partir de ahí pelear por cotas más elevadas. El año 2007, el de la visita a Atenas, demostró que con condiciones favorables y con aportaciones óptimas en instantes concretos de inflexión es posible pelear.
Aíto, mientras, proclama la filosofía del partido a partido con la vista puesta en la mejora a largo plazo, en los momentos calientes de la temporada. De momento, para el encuentro de mañana el técnico madrileño parece que recuperará a un nivel aceptable a Marcus Haislip, que en Bilbao jugó con un tobillo fastidiado. Por la tarde se ejercitó con sus compañeros, al igual que Vitor Faverani, que en los comienzos de semana es un miembro más de la primera plantilla. Con esos mimbres, a la espera de un posible ala-pívot, comenzarán Aíto y sus hombres el asalto europeo.
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