Mazazo del BeSoccer UMA Antequera en Madrid. Los malagueños cayeron de forma fea en l a Copa del Rey ante un muy superior Inter Movistar (9-1). El gol inicial de Nando Torres dio paso a un desplome preocupante por la dinámica del equipo. Se entiende la distancia con el rival, pero una derrota así duele y no construye. Toca mirar a la liga, donde se posa la tabla de salvación.

No era la batalla del UMA, aunque sí había intangibles en juego en el Jorge Garbajosa. El cómo era importante de cara al presente inmediato. La Copa podía ser buen trampolín para lo realmente trascendente, la competición liguera. Los de Tete arrancaron bien. Nando Torres abría el marcador con un espectacular zurdazo a la escuadra, que confluía con el debut de Pablo Ibarra, reciente fichaje que debe ayudar al reflote.

Una alegría previa al chaparrón. Se activó el Inter Movistar, que arrasó. El empate lo hizo Pola, que definía al palo largo después de una buena jugada colectiva. Juan Carlos Torres, que tenía una bonita oportunidad, brillaba en los sucesivos acercamientos locales. Caería la fruta de madura. Rafael Rato, que volvía tras lesión, metió el segundo. No pasó un minuto y el internacional gallego volvería a martillear.

Se diluyó el UMA, que encajó el tercero en tres minutos. El autor era Humberto, que precisaba de un disparo preciso para poner el cuarto y un hueco insalvable. Lo paró el entrenador universitario, que cortó el ritmo del Inter Movistar. Abrieron el paraguas los malagueños, que contuvieron la granizada. Parecía que se llegaría al descanso con el 4-1, pero Pola completaría su triplete personal. Duro latigazo ante el que poco pudo hacer Juan Carlos. Dura losa en 20 minutos.

La segunda mitad tampoco fue más fructífera. Pocas conclusiones se pueden sacar de una parte donde la herida ganó centímetros con cuatro goles locales más. Fueron obra de Daniel, Borja, Solano y Humberto, que embellecieron un triunfo muy contundente del Inter Movistar que accede a la Final Four del torneo copero. Ahí peleará, como dice su tradición y su nivel, por el título. El UMA debe cicatrizar rápida y apuntar una lección que debe servir para crecer y creer en un cometido que aún es posible.