Balonmano l Primera División Estatal

Otra vuelta más de tuerca

  • Aldemar y Malagueta, los conjuntos malagueños que militan en la categoría de bronce del balonmano español, regresan a los entrenamientos con la incertidumbre que les crea la ausencia de patrocinadores

No demasiado diáfano es el horizonte que se les abre a Aldemar y Malagueta, los conjuntos malagueños que militan en la Primera Estatal, categoría de bronce del balonmano español. La crisis golpea y la resistencia viene en forma de búsqueda de ayudas públicas y optimización de recursos, máxime cuando, a día de hoy, no existen patrocinadores que apuesten por los clubes. Una situación que tanto Aldemar como Malagueta comparten las semanas previas al comienzo a una campaña que dará sus primeros pasos a finales de mes. El primero, tras ceder su plaza en División de Honor B al Cajasur, se regenera con gente de la casa, mientras que el segundo conserva su bloque y conserva expectativas de elevar el nivel. Por ahora, todo es incertidumbre al regreso a los entrenamientos.

El Aldemar se somete a una reconstrucción que alcanza varios estamentos. El mítico Juanjo Fernández ha dejado su sitio en el banco a Salvador Merat y se ha erigido en el director deportivo del club, el cual no dispone de un patrocinador principal y tampoco hay optimismo en encontrar uno. "No apostamos por que venga una empresa y ponga encima de la mesa 80.000 o 100.000 euros. Por cómo están las cosas, no creemos que pase esto", asegura Rafael Martínez, presidente del Aldemar. La política económica, pues, diferirá de la ejercida los últimos años. "Hay contactos, pero ese sistema ya no será nuestra baza, sino la de contar con varios apoyos más humildes", confiesa.

No son los únicos cambios. El Pabellón Hermanos Maristas ya no es el hogar del Aldemar, que se ejercita desde hace una semana en Ciudad Jardín. "El Ayuntamiento nos ha cedido este espacio para la temporada, pero pensamos que es demasiado grande. Meter aquí a 500 personas es perderlas por las gradas", dice Martínez, que espera una respuesta a su petición de jugar en las instalaciones de Malasaña, sobre todo por un factor de cercanía.

El bloque, asimismo, apenas es un boceto del que abrirá el campeonato. Dani Alcedo, Juan Carlos López, Zubiria y Rubiales abandonaron la disciplina costasoleña para recalar en el Prasa Pozoblanco. "Aún no hay nada confirmado. Están trabajando muchos chavales de la base y otros a los que estamos probando", cuenta el presidente del Aldemar, cuyo filial, que se estrenará en Segunda Estatal, tampoco tiene claro su futuro. "La intención es que sigan en la categoría, pero no lo sabemos aún por las dificultades económicas", aclara.

El Malagueta, que mañana retorna al trabajo, también siente en sus carnes la ausencia de un sponsor que guíe económicamente al club. "No hay patrocinadores y las ayudas del Ayuntamiento se han visto reducidas notablemente", señala Antonio Capablanca, presidente de la entidad. Es por eso que directiva y jugadores se encuentran actualmente sumidos en conversaciones que tienen como objeto la adaptación de los salarios a los duros tiempos que corren, peores que los del año anterior. "Ninguno va a jugar gratis. Pero, honestamente, no les puedo prometer lo que no tenemos. Cuentan con mi compromiso de que el 22 o el 23 de este mes sabrán con lo que contamos y con lo que no. Además, todos saben que el que ha jugado aquí ha cobrado", apostilla Capablanca.

No son las únicas conversaciones que mantiene el Malagueta. "En estos momentos estamos hablando con una empresa nacional vinculada a la construcción y con otra malagueña. También hay otras cosas, pero no puedo desvelarlas", indica Capablanca. El club, por otra parte, seguirá apostando por un sistema de pagos por incentivos en función del rendimiento de cada jugador. "Ésa es nuestra intención, pero necesito unos 15 días para hablar con todos ellos. Lo que no queremos es que se vivan situaciones desagradables en cuanto a impagos que sí se han producido en muchos equipos", explica el dirigente.

Por otra parte, al plantel aguarda las pinceladas definitivas. El banquillo, de nuevo, será propiedad de José Luis Becerra, que no tendrá bajo sus órdenes Javi y Curro Pozo, que reforzarán al Aldemar. El capítulo de fichajes tiene como protagonistas a Álvaro Polo y Olea, quienes aún negocian con el club, según Capablanca. Olmedo, meta que pertenece al Antequera, podría prolongar su estancia en Tiro Pichón, pero todavía no ha tomado una decisión, según el mandatario.

El objetivo del Malagueta apunta a una División de Honor B que podría sufrir una reestructuración que afectaría a multitud de clubes. "Queremos estar arriba para aspirar a ello. Por subvenciones y cuota mediática, es muchísimo mejor que la Primera Estatal", argumenta Capablanca.

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