Economía

Abengoashares denuncia que la banca y los fondos han “expoliado” Abengoa

Un sindicalista, en la protesta de esta semana de la plantilla de Abengoa en defensa del empleo del grupo, que está en concurso de acreedores.

Un sindicalista, en la protesta de esta semana de la plantilla de Abengoa en defensa del empleo del grupo, que está en concurso de acreedores. / Antonio Pizarro

La sindicatura de accionistas de Abengoa, Abengoashares, acusó ayer “a la banca acreedora y los fondos buitre” de “desangrar” la multinacional sevillana fundada en 1941 “aprovechando la delicada situación financiera que atravesaba”. Cifran en 3.000 millones los gastos financieros cargados desde 2016.

Esta sangría en Abengoa, que califican de “expolio", se produjo, según argumentan, al “lograr imponer unas condiciones totalmente leoninas en los planes de reestructuración [financiera] de 2017 y 2019”.

Los partícipes, que se organizaron en agosto tras la presentación de un tercer rescate que dejaba sin valor su inversión y han logrado sindicarse como el primer accionista de la empresa, sostienen que los acreedores financieros han “forzado a la compañía a incluir cantidades en comisiones e intereses totalmente desproporcionados como, por ejemplo, los 138 millones en concepto de “gastos de reestructuración” en la reestructuración realizada en el año 2017 con un interés de hasta el 18%”. Por ello, no dudan en calificar esas condiciones como “usureras”.

Los propietarios de la compañía son muy críticos también con la gestión de los administradores que han gobernado la empresa desde 2016 en beneficio sólo de los acreedores. “En el año 2018 Abengoa vendió su participación en Atlantica Yield a la compañía canadiense Algonquin Power & Utilities Corp por un importe total aproximado de 870 millones de euros que fueron a parar en su totalidad a manos de la banca acreedora, dejándose por el camino más de 20 millones de euros en concepto de “comisiones de intermediación”.

“Ni la banca acreedora ni el propio consejo de administración se preocuparon en ese momento de destinar parte de los ingresos obtenidos para que Abengoa pudiese disponer de un fondo de maniobra para poder conseguir más adjudicaciones de obra”, se quejan los accionistas, que recuerdan que a, día de hoy, Atlantica Yield ya vale el doble de su precio de venta.

Otro ejemplo de “este expolio” es, a juicio de la sindicatura, la venta de las plantas de bioetanol en España y Francia por 140 millones en marzo y abril de 2017. “Este mismo negocio se ha vendido posteriormente por la empresa que lo compró a un fondo de Deutsche Bank por unos 400 millones en octubre de 2020, triplicando su beneficio en tan sólo tres años”, detallan los accionistas, que aseguran que se podrían enumerar multitud de casos similares provocados por la banca acreedora y los fondos buitre “que han ido desangrando a Abengoa debido a unas condiciones que podrían considerarse como usureras”, afirman antes de recordar que son ya unos 3.000 millones de euros los que la compañía ha tenido que pagar desde 2016 como gastos financieros.

Esa voracidad al “expoliar” Abengoa también pretendían que continuase en el tercer rescate que ha fracasado y ha motivado que la compañía esté ahora en concurso de acreedores: “En el propio plan Vellocino las comisiones en concepto de reestructuración que se pretendían obtener sumaban más del 10% del capital de la compañía filial Abenewco 1”.

Para los accionistas, que han visto bloqueados por tres veces sus intentos de tomar el control del grupo, la última la suspensión por el juez de la junta que ayer debía haber elegido un nuevo consejo presidido por Clemente Fernández, “otro ejemplo de la gravedad de los hechos ocurridos en Abengoa es que, mientras el anterior consejo de administración presidido por Gonzalo Urquijo daba la voz de alarma sobre la necesidad de inyectar urgentemente ayudas públicas a la compañía a través del ICO y el Cesce, el entonces presidente y su consejo de administración tenían acordado un incentivo de 58 millones de euros si culminaban con éxito el último plan de reestructuración, pensado nuevamente para favorecer los intereses de la banca acreedora y los fondos buitre, y no pensando en la viabilidad de la compañía, ya que nunca les ha importado”.

Como otra prueba de ello citan el entramado de sociedades intermedias con sede en el paraíso fiscal de Luxemburgo, creadas para facilitar y ocultar todos estos movimientos en los planes de reestructuración.Los integrantes de la sindicatura de accionistas relacionan además este “expolio” con la próxima resolución del arbitraje que el grupo tiene puesto contra el Reino de España por la retirada de las primas a la generación de energías renovables. A finales de este mes finalizará el proceso de arbitraje ante la Cámara de Comercio de Estocolmo, en el cual Abengoa podría recibir hasta 1.200 millones de euros si el laudo le es favorable y concede las cantidades que reclama. Los propietarios temen “que la banca acreedora y los fondos buitre ya tengan planeado apoderarse de esa cantidad para seguir desangrando a la compañía mediante algún plan todavía no haya dado a conocer”.

Frente a la realidad actual de Abengoa, en concurso con una deuda bruta del grupo de casi 6.000 millones, los accionistas contraponen las palabras del director general de recursos humanos de Abengoa, Álvaro Polo, que en una entrevista comparó a la filial operativa de la compañía con un Ferrari.

Abengoashares no le quita la razón al directivo, que recuerdan que acaba de ser premiado como consejero de esa filial, pero matizan que “Abengoa es un Ferrari, con matrícula sevillana y marca España. Su motor son los 14.000 empleados y 90.000 familias ahorradoras de accionistas lo empujan con fuerza e ilusión en grandes proyectos repartidos por todos los rincones del mundo”. Por ello proclaman que “los accionistas y los trabajadores” seguirán “luchando juntos hasta conseguir salvar Abengoa de las oscuras intenciones de la banca acreedora y de los fondos buitre.

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