Caja Rural Granada ha inaugurado este jueves su segunda oficina en Madrid. Esta nueva sede llega para apoyar el trabajo que la entidad financiera viene realizando en su ubicación de Avenida de Menéndez Pelayo.

Durante la presentación, Antonio León, presidente de Caja Rural Granada, ha destacado la importancia que para la entidad tiene dar este nuevo paso en la capital de España, “un enclave donde vamos a reforzar nuestro modelo de banca de proximidad basado en la cercanía, la empatía, la responsabilidad social y la sostenibilidad”. De esta forma, la Caja continua su modelo de expansión que, solo en el año 2022 supuso la apertura de otras plazas de gran relevancia como Algeciras y Cádiz capital.

“Seguimos creciendo, ya estamos en tres comunidades autónomas y seis provincias incluyendo Granada, Almería, Málaga, Cádiz, Murcia y Madrid”, ha remarcado Antonio León, quien ha deseado todos los éxitos al nuevo equipo que liderará esta oficina formado por Elena Martín, directora, Javier Esteban, gestor comercial y Antonio Cazorla, responsable de Banca Privada.

Cercanía presencial y digital

Con más de 52 años de experiencia, Caja Rural Granada se caracteriza por ofrecer servicios de banca de proximidad con un trato personalizado y productos adaptados a cada cliente.  Cabe resaltar el reciente estreno de la Banca Digital Ruralvía, diseñada con una doble misión: facilitar la navegación y experiencia de usuario para hacerla más intuitiva, fácil y personalizada, así como ofrecer un mayor número de operativas y servicios al alcance: contratación de productos, herramientas de gestión de ahorro, chat para estar en contacto con el Servicio de Atención Digital... 

La entidad mantiene además un importante compromiso con los territorios donde está presente. A través de su Fundación y del Fondo de Educación y Promoción colabora con organizaciones y colectivos para la realización de actividades culturales, deportivas, educativas y con un marcado carácter social en su objetivo de ayudar a las personas más vulnerables.

Además, favorece el cooperativismo, así como el impulso de la formación en campos novedosos como son los cursos para ayudar a las empresas a dar el salto a la digitalización sin olvidar de formaciones de relevancia dentro del sector agrario para mejorar las técnicas de cultivo.