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Economía

La Eurozona se prepara para salvar de nuevo a Grecia del abismo

  • Descarta una eventual salida de la moneda única o la reestructuración de la deuda, pero sí contempla prolongar la ayuda más allá de 2012 a cambio de más ajustes

La Eurozona no logra salir de la crisis de la deuda: apenas ha cerrado el plan de rescate a Portugal, ahora debe volver a centrarse en la situación en Grecia, un país cuya economía sigue muy debilitada un año después de solicitar el rescate a la Unión Europea y el FMI

Tras una discreta e informal reunión en Luxemburgo la noche del viernes, el presidente del Eurogrupo Jean-Claude Juncker descartó, rotundamente, que Grecia vaya a abandonar la Eurozona o tenga que reestructurar su deuda, tal y como especulan los mercados financieros. El pasado viernes la revista alemana Spiegel on line publicó que Grecia ha planteado a Bruselas la posibilidad de salir del euro.

Europa lo descarta y lo que ve necesario es un nuevo plan de ajuste. Según fuentes cercanas a la reunión, de lo que se habló es de la posibilidad de que la UE y el Fondo Monetario Internacional prolonguen su ayuda más allá de 2012. "Pensamos que Grecia necesita un plan de ajuste suplementario", añadió Juncker, y "esto debe ser analizado en detalle", dijo. Fijó para ello la próxima reunión de los ministros de Finanzas europeos, que se producirá el próximo 16 de mayo.

El ministro griego de Finanzas, George Papaconstantinou, fue convocado a la reunión, en la que participaron los cuatro mayores países de la Eurozona (Alemania, Francia, Italia y España, con la presencia de la vicepresidenta, Elena Salgado), el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, y el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Grecia obtuvo en mayo de 2010 un plan de préstamos por 110.000 millones de euros a tres años de parte de la UE y el FMI, a cambio de un estricto programa de reducción de su déficit. Si no se lograban los objetivos, el país tendría que apretarse todavía más el cinturón. Y no se están consiguiendo: el déficit público acaba de ser revisado al alza, de 9,4 a 10,5% del PIB. Además, los ingresos fiscales no están a la altura de lo esperado, la lucha contra el fraude fiscal no es suficientemente eficaz y parte del gasto público es más elevado de lo previsto.

Paralelamente, el descontento en la población es muy patente con una política de austeridad que trata de reducir al máximo los precios y costos de producción para salir de la crisis, debido a que el país no puede devaluar su propia moneda por formar parte de la Eurozona.

Después del recorte del gasto público, "una devaluación interna (...) es inevitable a largo plazo. Sin este ajuste, ni siquiera la entrega de financiación pública de gran amplitud podrá evitar una suspensión de pagos", advirtió Daniel Gros, director del Center for European Policy Studies (CEPS), en un estudio que fue publicado esta semana.

En estas condiciones, parece poco realista pensar que Grecia podrá volver a captar ella misma dinero en los mercados para financiar su déficit. Las tasas de interés actuales para los bonos griegos se encuentran entre 14 y 20% a dos años. Es casi imposible que Grecia logre financiarse sola con tasas tan altas.

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