Economía

Francia aprueba el retraso de la jubilación hasta los 62 años

  • Sarkozy tiene previsto que la reforma sea su último gran proyecto en lo que le queda de mandato, pese a las masivas protestas de los ciudadanos.

A Nicolas Sarkozy todavía le queda mucho para jubilarse. Si el presidente francés es reelegido en 2012, estaría en el cargo hasta los 62 años, paradójicamente la edad mínima que su prevista reforma del sistema de pensiones propone para la jubilación de los franceses.

Pese a ello, Francia seguiría siendo el país con la menor edad de jubilación en Europa. La nueva regulación es necesaria para evitar que el déficit del sistema de pensiones siga aumentando, y Sarkozy quiere aprovecharla para presentarse como el gran artífice de reformas de cara a los comicios presidenciales de 2012.

La iniciativa fue aprobada en la Asamblea Nacional, la Cámara baja del Legislativo galo, pero el presidente no puede aún dar por hecho que la ley entrará en vigor en octubre, según lo previsto. Durante las protestas del último martes, cuando la reforma era debatida en el Parlamento, entre 1,1 y 2,7 millones de personas se volcaron a las calles, una cifra que varía según las informaciones de las autoridades o de los sindicatos. La siguiente gran huelga está anunciada para el 23 de septiembre.

El problema para Sarkozy es que el descontento popular se dirige no sólo contra la reforma sino también en gran parte contra él y su gobierno. Varios escándalos y errores le han hecho perder simpatías, sólo un 15 por ciento de los franceses quiere en este momento que sea el próximo candidato de la derecha, según las encuestas. En realidad, los planes de reforma son bastante moderados en comparación con otros países europeos. En Alemania, por ejemplo, ya está decidido que la edad de jubilación subirá hasta los 67 años.

Además de trabajar al menos hasta los 62, los franceses deberán también haber hecho aportes a la caja de pensiones durante un año más que hasta ahora, es decir, 41,5 años. O trabajar hasta los 67. El tope máximo era hasta ahora de 65 años. Según datos de la Unión Europea, la edad promedio de jubilación en Francia es de 59,3 años. La necesidad de la reforma es grande, ya que si nada cambia en diez años faltarían unos 45.000 millones de euros en la caja de las pensiones.

Por otro lado, aunque también la oposición considera que el actual sistema ya no es financiable, la "jubilación a los 60" tiene carácter simbólica en la izquierda. El Partido Socialista ya ha anunciado que anulará la reforma en caso de ganar las presidenciales de 2012. Pero tampoco en la cúpula del partido hay una postura común al respecto. Sarkozy tiene previsto que la reforma sea su último gran proyecto en lo que le queda de mandato, a partir de 2011 estará en campaña electoral. Por eso, es también importante que el proyecto sea aprobado rápidamente en el Legislativo. En cada Cámara está prevista sólo una lectura de la iniciativa.

Pero el gran riesgo está en la calle. Francia tiene una larga tradición de protestas callejeras, que le han costado el puesto ya a más de un político. Cuando en 1995 el entonces primer ministro Alain Juppé quiso someter a reforma las pensiones del sector público, por ejemplo, las protestas durante semanas lo forzaron finalmente a tirar sus planes al cubo de la basura.

También Sarkozy tiene ya experiencia en el pulso con los sindicatos. En 2008 quiso reformar el sistema de excepciones para las jubilaciones en el sector ferroviario, algo que consiguió pese a las duras huelgas en contra. En las negociaciones, sin embargo, tuvo que hacer tantas concesiones que los cambios apenas si depararon beneficios económicos al gobierno, según expertos.

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