Economía

Montealbor logra un nombre en salsas y platos preparados

  • a firma sevillana ha doblado su facturación desde 2013, vende sus aderezos en Amazon de EEUU y se prepara para llevar sus carnes a China

Alfredo López, director general de Montealbor

Alfredo López, director general de Montealbor / Víctor Rodríguez

Sin hacer ruido y a paso lento pero firme, la empresa agroalimentaria sevillana Montealbor se ha hecho con un hueco en el mercado nacional y ha afianzado su imagen de marca, gracias sobre todo al fuerte crecimiento en el segmento de salsas y platos preparados, dos de sus líneas de negocio. La empresa es bastante veterana –nació en 1965 gracias al empuje de Severino López, un asturiano emigrado a Sevilla que levantó una fábrica de embutidos–, pero ha sido en los últimos años cuando se ha impulsado con fuerza al doblar su facturación entre 2013 y 2018 (de tres a seis millones de euros) y pasar en ese periodo de 28 a 43 empleados.

El año pasado adquirió las instalaciones para despiece de Sola Ricca en el Polígono Polysol de Alcalá de Guadaíra e invirtió cuatro millones de euros en reacondicionarlas como fábrica, con una capacidad para producir 2,5 millones de kilos.Montealbor sigue con el primigenio negocio de su fundador –los embutidos, sobre todo salchichas–, que concentran aún el 45% de las ventas, pero platos preparados (35%) y salsas (20%) son las líneas en franco crecimiento, sobre todo esta última, que avanza a un ritmo de doble dígito. “Las salsas –que se pueden encontar en Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés y Mercadona (en este último caso, su salsa al whisky)– han supuesto un impulso para la marca porque son muchas unidades en muchos puntos de venta generando impactos visuales”, afirma Alfredo López, director general.

Está en la lista de Alimarket de los principales fabricantes de salsas

¿Cómo ha conseguido Montealbor esa implantación? Evidentemente, siendo una pyme, no está ni mucho menos al nivel de las grandes, pero se ha colado en el ranking de Alimarket de las empresas con mayor presencia en salsas. Lo ha hecho abordando nuevos nichos. Así lo explica Alfredo López: “Buscamos la diferenciación. No nos planteamos hacer salsas de consumo masivo Tenemos mojo picón, salsa verde, al whisky, al 'jerez', además de los nuevos lanzamientos, chimichurri, bravas y alioli, pero sin conservantes”. Además, Montealbor “ha hecho un importante esfuerzo de comunicación en los últimos años” y ha encontrado un producto que es capaz de permanecer más en los lineales que un alimento refrigerado, lo que hace que tenga más poder de penetración.

Salsas para la exportación

Poco a poco, desde 2015, la empresa ha usado sus salsas como palanca para la exportación. Ésta supone aún un porcentaje pequeño de su facturación, pero hay hitos evidentes: vende ya en 16 países y logró entrar en EEUU en Kroger, el tercer distribuidor mundial de alimentos tras Walmart y Costco. Es verdad que fue una operación puntual, en 2016, en un país donde es muy complicado hacerse un hueco, con más de 800 referencias. Pero eso nos ha abierto puertas”. De hecho, muchos consumidores comenzaron a preguntar dónde podían comprar el producto una vez acabada la promoción y la solución fue Amazon. Montealbor vende con Amazon en EEUU, pero no en España, donde, dice López, no le resulta rentable. También se ha colado en CPWM, una cadena de supermercados del Oeste de EEUU radicada en Texas y espera volver a Kroger próximamente, ya de manera estable. La firma tiene una web para el consumidor americano en la que explica a través de recetas cómo consumir los productos que vende.

De momento, Montealbor sólo exporta salsas, pero presentará en mayo en China sus salsichas y callos preparados, aprovechando la apertura del país asiático tras la visita a España de su presidente, Xi Jinping. “Vamos a llevar estos productos allí, además de las salsas, aunque sabemos que es complicado: llevar productos congelados es relativamente más fácil, estos duran cuatro meses envasados al vacío”, afirma López.

A paso lento pero firme

A pesar de haber doblado la facturación en los últimos años, López es partidario de mantener una filosofía de crecimiento “lento y sostenido”. Se podría pensar que la nueva fábrica va a suponer un impulso, pero el director general de Montealbor prefiere ser prudente. “Deberíamos crecer mucho, sí, pero no será fácil, porque el año ha empezado un poco tonto. Hubo un tirón importante en 2018, pero ahora el consumo se está retrayendo”.

El futuro de Montealbor parece asegurado. Se ha diversificado, se ha subido en la ola de la comida preparada –algo no habitual en la agroindustria andaluza y que marcará los próximos años–, intenta ganar mercados y acaba de estrenar fábrica. Ocho hermanos –entre ellos, el propio Alfredo López– han continuado con éxito lo que empezó un asturiano de la pequeña localidad de Siñeriz que un día quiso levantar una fábrica de embutidos en Sevilla. Y hasta hoy.

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