Análisis

Gumersindo Ruiz

El asunto Ferrovial: No es Holanda, es Estados Unidos

Cuando leo que CRH el gigante de 30.000 millones de libras de la construcción inglés, quiere trasladarse a Estados Unidos, donde genera sus mayores beneficios, siguiendo los pasos de Ferguson, antes Wosley, suministrador de fontanería y bombas de calor, y que Shell, anglo-holandesa, planea también moverse a Nueva York, está claro cuál es la estrategia de Ferrovial, pues lo único que hay detrás de estos movimientos es la aprobación por el 117 congreso de los Estados Unidos de la “Infrastructure Investment” y la “Inflation Reduction”Acts, esta última con inversiones para el medio ambiente, sumando en total 1,25 millones de millones de dólares a invertir en menos de diez años.

Hace justo un año que en la página oficial del presidente Biden (28 de marzo 2022) se detallaban los programas con sus cuantías, de energías limpias, suministro de agua, lucha contra incendios, conservación de espacios, en una lista larguísima de millones y millones, que tuvo que abrir los ojos de grandes multinacionales de estos sectores, que empezaron a preparar sus traslados; si añadimos las infraestructuras y transportes, este fabuloso programa parece hecho a medida, entre otras empresas, paraFerrovial cuyas divisiones son: autopistas, aeropuertos, construcción, infraestructuras energéticas y de movilidad.Con el 82% de la facturación internacionalizada, fuerte presencia y alianzas en Estados Unidos, y por ello conocimiento tanto de las restricciones federales en contratación con el exterior, como de las administraciones estatales, Ferrovial está bien posicionada para su expansión. Parece razonable que si tienes tu negocio en Estados Unidos, puede tener sentido cotizar allí, aunque Ferrovial ya habrá hecho sus cálculos pues el precio de la acción de la compañía es cara con relación a sus beneficios.

Este asunto se ha enturbiado por la obcecación en criticar por cualquier motivo la política pública española, y se han mencionado los impuestos, que poco tienen que ver, ya que Ferrovial por créditos fiscales no paga impuesto de sociedades, y cuyo problema con Hacienda es la devolución de unas subvenciones que es precisamente la Unión Europea, no España, quién considera ilegales.También se recurre a los términos “estabilidad”, “seguridad”, que salvo en países no democráticos no séqué significan, pues pocos países pueden ser tan cambiantes para la empresa como Estados Unidos, dondecada día aparecen declaraciones cuestionando la aplicación por los estados de los propios programas que el Congreso aprueba. En cuanto a Holanda, el sistema judicial mercantil es muy costoso y no es mejor que el de otros países de la Unión Europea, y tampoco es tan favorable el régimen fiscal, por lo que en este caso no puede verse más que como una escala hacia Norteamérica, para lo que Ferrovial ya tenía allí la sede de su negocio internacional. En Europa, hay que recordar que la principal fuente de cambios legales para las empresas viene de la Comisión y Parlamento europeos, y la trasposición que han de hacer los países a sus legislaciones nacionales; aparte de la supervisión financiera, los requisitos medioambientales han sido sin duda una de las principales intervenciones en la actividad de las empresas, junto con legislación laboral y competencia. Desde luego, la comunicación por Ferrovial no ha sido clara, no se ha hecho bien, pero desde el verano pasado hemos visto advertencias sobre las consecuencias que tiene para Europa esta masiva cantidad de dinero público que lanza Estados Unidos, y que puede favorecer tanto a empresas locales como a multinacionales atraídas por estos golosos proyectos, aunque por las características de estas inversiones reales, el grueso de la actividad se queda en Estados Unidos. Es un asunto que tendrá que discutirseentre los países de la Unión Europea, ver el papel que juega cada uno, aunque sea instrumental como Holanda, y que debería servir para reforzar la estrategia de inversiones europea, y no ser tan ingenuos, si es que alguien lo era, sobre lo que realmente mueve a las multinacionales.

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