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Almería/El desmantelamiento de la Central Térmica Litoral está siendo todo un reto a nivel técnico, ya que el uso de explosivos para demoler estructuras elevadas es una práctica poco común en instalaciones industriales en las que el acero es el material principal. Por este motivo en Carboneras Endesa, de la mano de la UTE Lecalde, formada por la almeriense Caldererías Indálicas y la empresa vizcaína Lezama Demoliciones, especialista en desmantelamientos industriales, está utilizando la última tecnología.
Se trata de drones que sobrevuelan la zona a demoler para llevar a cabo análisis técnicos del estado de la infraestructura, su movimiento, realizando un modelado en 3D que permite predecir tiempo de caída y posibles desviaciones teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas. Además, gracias a la ayuda de sismógrafos de última generación, se hacen mediciones de vibraciones en el suelo para asegurar que no exista afectación de otras estructuras próximas para posteriores voladuras y se mide le nivel sonoro tanto en el momento de la voladura como en el de la caída.
En el caso de la voladura de hoy, se ha llevado a cabo la demolición de la caldera del Grupo 2, la más moderna de las dos que tenía la central ya que entró en operación en 1997 con una potencia de 582 megavatios. Junto a ella se encuentra la caldera del Grupo 1 de 577 megavatios que comenzó su explotación en 1985.
Por la proximidad de las dos estructuras los análisis previos han sido cruciales. Estos estudios han logrado que las más de 13.000 tonelada de hierro de la caldera se doblaran como si fuera papel a pesar de sus dimensiones, una estructura de 80,6 metros de altura -como cuatro veces la altura del faro de Cabo de Gata- que tiene pórticos y 41 pilares, en los que se han realizado cortes trasversales para poder colocar los 273 kilos de dinamita que se han utilizado para realizar esta voladura, 100 más de los que se utilizaron en la detonación de la chimenea de la central.
“El reto técnico con estas estructuras metálicas está precisamente en su composición, esto hace que haya un estudio previo exhaustivo para colocar las cargas explosivas en la zona correcta que permita que el hierro se corte”, ha explicado Gianluca Tenca responsable del desmantelamiento de la central. “Hemos tenido que emplearnos a fondo para esta voladura, colocando 247 detonadores y 300 metros de cordón detonante, y todo esto ha sido posible gracias a un equipo humano excepcional que está trabajando día a día en el desmantelamiento de la central”.
Actualmente, cerca de 177 personas, el 62% del entorno de Carboneras, están trabajando en el proceso de desmantelamiento de la central y la revalorización de los residuos que está generando este proceso. En el caso de caldera su voladura ha generado cerca de 12.350 toneladas de residuos que serán revalorizados en un porcentaje superior al 95% considerando residuo cero.
Este residuo cero viene acompañado de las donaciones que se han hecho también a diferentes entidades públicas y privadas de Almería y de toda España. En total se han donado más de 1.000 elementos que ahora mismo están viviendo una segunda vida fuera de la que fue su casa durante 40 años.
La Central Térmica Litoral fue construida en el marco del Plan Acelerado de Centrales de Carbón redactado en 1979 para cubrir las necesidades de incremento de potencia eléctrica debido al desarrollo económico que experimentaba España. La infraestructura se ubica en 1.788.547 metros cuadrados en el término municipal de Carboneras y estaba compuesta por dos grupos de generación que sumaban 1.159 megavatios de potencia. Cada uno de estos grupos estaba formado por caldera, turbina y alternador como equipos fundamentales.
La instalación ha llegado a producir durante su vida útil más de 180.000 GWh, es decir, el consumo energético de Andalucía durante 4 años y medio y llegó a ser todo un referente cuando, en 2014, se realizaron mejoras medioambientales que la pusieron a la vanguardia de esta tecnología a nivel mundial.
La central cuenta con una Terminal Portuaria, con acceso para el tráfico marítimo en el Mediterráneo y norte de África, que comenzó su actividad en 1985, tras una inversión de unos 123 millones de euros para su construcción, destinada a la descarga de carbón para la Central Térmica Litoral.
En el año 2014, y gracias a un acuerdo con la Autoridad Portuaria de Almería, se llevó a cabo la inversión para dotar a la Terminal Portuaria de un sistema que permite cargar buques de entre 10.000 y 15.000 toneladas de capacidad con destino a otras centrales del grupo Enel en el Mediterráneo, lo que supuso un incremento de las operaciones de manejo de combustible a desarrollar en el parque de almacenamiento.
Estas características y su situación geográfica la convierten en un enclave único para recibir barcos de gran calado que procedan de cualquier punto del mundo. Desde su construcción se han manipulado un total de 79.480.191 toneladas de graneles sólidos.
Además, la Central Térmica Litoral ha albergado proyectos innovadores como una planta de microalgas, la restauración de escombreras con especies autóctonas o el proyecto de almacenamiento de baterías entre otras iniciativas.
Actualmente, estos proyectos se han trasladado para seguir activos. Es el caso de la planta de microalgas que se sigue encontrando en los terrenos de la central pero ampliando su espacio.
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