El alcalde famacéutico de Cuevas de San Marcos

José María Molina tiene la intención de seguir atendiendo en la farmacia de su localidad durante el turno de tarde

El candidato del PP entró en política ante la falta de respuesta recibida por las quejas en un partido de fútbol debido a las goteras del pabellón

José María Molina en la farmacia de Cuevas Bajas
José María Molina en la farmacia de Cuevas Bajas / Javier Flores

José María Molina, farmacéutico de Cuevas de San Marcos, se convertirá en el próximo alcalde de esta localidad tras conseguir la mayoría absoluta como candidato del Partido Popular (PP) en una localidad que históricamente estuvo gobernada por la izquierda y que en la actualidad posee una regidora de Izquierda Unida.

Molina, que tiene la intención de seguir atendiendo en la botica de la localidad durante el turno de tarde, llegó a la política debido a un incidente ocurrido mientras jugaba un partido de fútbol con unos amigos en el pabellón de la localidad a causa de las goteras que presentaba. Ante la respuesta de los responsables municipales a sus quejas, aunque hasta ese momento nunca le había llamado la atención la política, decidió entrar en ella y tiró de la amistad que mantiene con el entonces diputado nacional del PP en Antequera, Ángel González, al que mostró su disposición de ser candidato en la localidad.

Reconoce que en aquellos momentos eran pocos los que le daban la más mínima posibilidad de éxito, hasta el punto de que cuando comentó sus intenciones con su jefe, el propietario de la farmacia de la localidad tampoco le concedió “mucha importancia” al ser una localidad donde la izquierda siempre había gobernando con claridad. Tras vencer las reticencias iniciales para tener absoluta libertad a la hora de confeccionar su candidatura, finalmente concurrió las pasadas elecciones como candidato popular y logró tres concejales.

El futuro regidor vivió el recuento aislado dentro de la ermita del Carmen del pueblo

Ya en aquel momento decidió romper con lo políticamente correcto y no dudó en firmar un pacto de gobierno antinatura con Izquierda Unida (IU) que se mantuvo hasta ocho meses antes de las elecciones municipales, cuando la coalición de izquierdas decidió expulsar a los populares del Gobierno local por desconfianza en su forma de gestionar.

“Ahora tendría que ver las instalaciones deportivas que tenemos, son la envidia de toda la comarca”, afirma Molina, que durante los últimos años fue el responsable del área de Deportes y que logró que Vicente del Bosque acudiese a la inauguración de las mismas.

Molina cree que IU se equivocó al expulsarles del Gobierno local, aunque reconoce que la actual alcaldesa en funciones “es una buena persona”, aunque los vecinos decidieron premiar la gestión de los populares y optar por su papeleta, algo que considera que es un logro tan importante o más que el conseguido hace unos años por Manuel Barón en Antequera.

El futuro alcalde considera que el secreto de su éxito está en la gestión que han realizado y en el trato que dispensa a los ciudadanos en su trabajo, ya que, según dice “lo que siempre hice es intentar ayudar al que entra por la puerta de la farmacia y, si puedo, que se marche con una sonrisa”.

Piensa seguir atendiendo en la farmacia durante el turno de tarde

Tampoco fue habitual la forma de seguir el recuento. Y es que decidió pedir la llave de la ermita de la Virgen del Carmen y encerrarse allí junto a un amigo para esperar el resultado. “Estuve allí tres horas sin saber nada, hasta que vinieron a buscarme para decirme que había ganado y sería el alcalde”, explica. Ahora se siente ilusionado con su nueva etapa y asegura que abrirá “las puertas del Ayuntamiento”, al tiempo que sostiene que no hará ningún tipo de diferencia entre los vecinos.

No obstante asegura que sabe perfectamente los que le votaron y aquellos que no lo hicieron. Molina también tiene muy claro que uno de sus principales objetivos en el Consistorio de Cuevas de San Marcos es potenciar y dar a conocer los recursos turísticos de la localidad, ya que considera que el entorno natural que tiene la localidad y la cercanía del pantano de Iznájar ofrecen muchas posibilidades que no están aprovechadas.

Además, también cree que se debe intentar recuperar el proyecto para implantar una escuela de formación profesional que se marchó a un municipio de Córdoba por falta de respaldo, al igual que reclamar la mejora del consultorio del municipio que tiene que atender a unos 3.700 vecinos.

Un lugar inesperado de destino

Nada hacía presagiar que José María Molina, un antequerano que estudió Farmacia en Sevilla, terminase en Cuevas de San Marcos, una localidad situada en los límites entre la provincia de Málaga y Córdoba a las faldas del conocido pantano de Iznájar. Molina, tras finalizar sus estudios y mientras buscaba trabajo en los alrededores de Sevilla, ya que su intención era establecerse allí, recibió una oferta por parte del farmacéutico de Cuevas de San Marcos tras tener conocimiento por parte de un familiar que andaba buscando trabajo. Trabajo y un apartamento para alojarse, una oferta que el joven Molina consideró que no podía rechazar, ya que consideraba que era perfecta para iniciarse en el mundo que le apasionaba y para lo que había dedicado muchos años de su vida preparándose, por lo que no dudó en aceptar e iniciar una nueva vida en una localidad que conocía de oído pero en la que nunca había estado. Tras ello inició en la farmacia de esta localidad su vida laboral hace ya 13 años, en los que también echó definitivamente raíces al formar una familia con una vecina de la localidad, por lo que su vida parece definitivamente ligada a Cuevas de San Marcos, localidad cuyo futuro marcará su gestión al frente del Consistorio. Y es que los vecinos del municipio han decidido confiar en este hijo de adopción de la localidad, al que se dirigen en la calle por su nombre para darle la enhorabuena por su victoria. Incluso algunos se acercan a contarles anécdotas de la noche electoral en la que muchos no daban crédito a que las papeletas del PP fuesen capaces de superar en las urnas a la suma de PSOE e IU, algo impensable hace tan solo unos años en esta localidad de la comarca antequerana. En estos años tras el mostrador de la farmacia supo ganarse el cariño y respeto de sus vecinos que ahora han decidido que la localidad pase del rojo al azul, por lo menos, a nivel local, ya que para el resto de comicios siguen siendo fieles a sus colores de toda la vida.

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