Mario González Iáñez | Experto en el Albaicín

“El Albaicín lo conocen más los turistas que los granadinos”

Mario González Iáñez.

Mario González Iáñez.

Mario González es un militar en la reserva que ha dedicado los últimos cinco años de su vida a recorrer casi diariamente el Albaicín, el barrio en el que nació hace 70 años. Estuvo en la guerra de Bosnia y es alumno del Aula de Mayores de la Universidad de Granada. Como resultado de sus paseos por el barrio ha editado una especie de guía en la que se dan a conocer todas las aberraciones que se están cometiendo con este barrio que fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1994

–Hay cientos de libros dedicados al Albaicín… ¿Qué contiene el suyo que no contengan los demás?

–No sólo hay libros, también folletos, planos, páginas web, cortometrajes, etc. El mío, que se ciñe al Plano Guía del Albayzín Andalusí de los autores Almagro, Orihuela y C. Sánchez, contiene esencialmente curiosidades relacionadas con el callejero, por ejemplo: los once tipos distintos de denominación de las vías, la relación detallada de los nombres de las 285 vías y su longitud, las fotografías de todas las placas identificativas… Finalmente expreso que los nombres de las calles rinden homenaje al agua, personalidades, oficios…

–He visto que denuncia usted algunos atropellos estéticos que sufre el barrio. Por ejemplo, el antiestético cableado.

–Efectivamente es una denuncia que demuestro con mis fotografías. Esto es, las aberraciones que durante años permanecen y proliferan, mayoritariamente por el cableado correspondiente a telecomunicaciones, así como el de las pintadas y rincones de suciedad y abandono urbanístico.

–¿Pero no se había comprometido el Patronato de la Alhambra a eliminar esos nidos de cables?

–Así fue publicado por el diario Granada Hoy el 24 de junio de 2020. Hasta ahora las intervenciones han sido mínimas. Si bien aunque estas aberraciones se extienden por todo el barrio, sólo ha habido, por ahora, una intención de corregirlas en la zona de la calle San Juan de los Reyes y vías colindantes próximas a la Carrera del Darro, pienso que por aquello de la gran afluencia turística. Son más de cincuenta de las que tengo testimonio fotográfico que requieren intervención.

–¿Entonces cree que el Albaicín necesitaría mucha más atención que la que tiene?

–Claro. Esencialmente las zonas menos conocidas, donde las pintadas en paredes, la suciedad y los escombros están a la orden del día. Las cámaras de vigilancia sólo controlan pocos lugares. En estos últimos meses algo se está haciendo en cuanto al empedrado de zonas más transitadas. Este barrio es Patrimonio Mundial de la Humanidad, pero pienso que no es tratado como tal.

–¿Cómo se le ocurrió dedicarle tanto tiempo de su vida a este barrio?

–Yo nací en él, pero no lo conocía a fondo. Conocía, como la mayoría de los granadinos, los lugares emblemáticos y turísticos. En 2017 adquirí el Plano Guía del Albayzín Andalusí y decidí que tenía que recorrerme todas las calles que en él aparecían, a la vez que demostrarlo con las fotografías de las placas que las identifican. Y ocurrió que cada vez encontraba algo nuevo: un rincón, un carmen, una placa dedicada a algún personaje histórico, un destrozo o unas macetas alegrando un callejón.

–¿Cuántas veces se lo ha recorrido?

–En estos últimos cinco años es rara la semana que no paseo por algunas de las calles. Por curiosidad le digo que la longitud total de las mismas, según el Callejero Municipal, es de más de 25 kilómetros. Igualmente le comento que también las recorro corriendo porque me encantan las subidas y bajadas.

–¿Y al final ha descubierto qué es lo que tiene para ser tan visitado?

–Es mucho más visitado por turistas, que vienen ya con un información previa. En cuanto a los granadinos, son muy pocos los que saben algo más del barrio que los miradores, los bares y las procesiones en Semana Santa. No deja de ser triste.

–Uno de los atractivos del barrio son los aljibes, los depósitos para guardar agua. ¿Cuéntenos algo de ellos?

–La mayoría de autores versados en el tema catalogan 26 aljibes en el Albayzín. Alguno de ellos se encuentra en propiedades particulares. Como curioso está el de la Cuesta de las Tomasas, pues es el único cuya boca se encuentra a ras del suelo como si fuera un cauchil. Desgraciadamente tenemos el de San Ildefonso en total estado de ruina. El agua de todos ellos proviene de la acequia de Aydanamar.

–Usted es considerado como uno de los mejores conocedores del Albaicín. ¿Es un barrio para soñar?

–Sólo soy un profundo curioso del mismo y un enamorado de mi barrio natal. En cuanto a la pregunta, he de decirle que no es para soñar, es para sentirlo al pasear por sus calles. El Albaicín sigue siendo de día, un barrio de barrios y de noche una ciudad de leyendas y que como dice mi amigo Miguel Carrascosa cuando se dirige los regidores: “el Albaicín es una dama a la que todos piropean, pero nadie quiere casarse con ella”.

–¿Que desearía para el Albaicín?

–Mi deseo es que los granadinos lo conozcamos mejor. Eso requiere una labor especial que, a mi entender, consiste en implicar a nuestros hijos para que lleven a los suyos a pasear con cariño por esas calles. Yo lo hago con mis nietos y les explico que el Albaicín es un lugar de calles estrechas y empinadas, con paredes de color blanco, pobladas de aljibes y cuyas viviendas se llaman cármenes.

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