Emprendedor, comunicador y activista cultural experto en turismo experiencial y artesanía. Así se define Ramón Vergara, un sevillano de espíritu creativo y en constante búsqueda de la belleza, cualidades que le llevaron a crear su propia compañía de viajes y experiencias inspiradas en el arte y la excelencia de la artesanía española. 

Actualmente diseña y desarrolla proyectos culturales. Asesora también en arte, imagen y comunicación a empresas e instituciones.&nbsp

Es cofundador de la Asociación Contemporánea de Artes y Oficios, encargada de coordinar la exposición Maestros del Futuro que se celebra, hasta el 31 de mayo, en el Castillo de San Jorge de la capital andaluza. Dicha muestra es una iniciativa del Ayuntamiento de Sevilla y está apoyada por la Fundación Michelangelo. En ella, Vergara es comisario para España. 

-En pocas palabras, para alguien que se acerque al Castillo de San Jorge estos días, ¿qué puede encontrar allí?

-Una experiencia sensorial donde la artesanía internacional y local se conjugan con el diseño en un relato de belleza, emoción y esperanza. Maestros del Futuro es algo más que una exposición al uso, es un proyecto con el propósito de poner en valor la artesanía como parte del patrimonio cultural que la sociedad debe conocer y proteger. ;

-¿Cuál ha sido su papel en esta exposición?

-Este proyecto es el resultado de la colaboración de cuatro instituciones: la Asociación Contemporánea de Artes y Oficios como promotora del evento en colaboración con el equipo de Sevilla City Office del Ayuntamiento de Sevilla, con el apoyo de la Fundación Michelangelo y el Ministerio de Cultura. Mi papel ha sido comisariar las piezas españolas junto con el comisario Jean Blanchaert. También hemos realizado el catálogo de la exposición.

-En el plano local, ¿las artesanías han dado ya el salto al siglo XXI o aún hay muchos talleres anquilosados en décadas pasadas?

-Afortunadamente en Sevilla y en el resto de Andalucía no hay crisis en la artesanía, gracias a las tradiciones como la Semana Santa. Por primera vez, muchos de los artesanos participantes han realizado una pieza contemporánea y han visto sus capacidades de estar a la altura de importantes artesanos contemporáneos europeos. 

-¿El desfile de Dior sirvió en este sentido para situar la artesanía sevillana en el escaparate mundial de la moda?

-Ha sido importantísimo por la repercusión mediática, pero sobre todo ha servido para empoderar el trabajo de los artesanos sevillanos y de la artesanía de excelencia en sí. También ha sido la primera vez que a los artesanos se les ha dado tratamiento VIP y han pasado por un fotocall como grandes estrellas, se han realizado grabaciones en sus talleres sobre el making off de las piezas y han tenido un reconocimiento como verdaderos artistas que son. Se puede decir que hay un antes y un después a raíz de este desfile.

-La artesanía, como producto exclusivo, es cara. ¿La competencia asiática ha hecho mucho daño al gremio?

-La artesanía de calidad requiere innumerables horas de trabajo y dedicación y lógicamente su coste es superior al de cualquier producto u objeto producido masivamente. El todo vale, la competencia asiática, la globalización o la necesidad de inmediatez han sido nefastos para el trabajo manual. El producto artesano es sostenible y está pensado y creado para durar en el tiempo y pasar de generación en generación. Con lo cual no lo considero caro en absoluto.

"El producto artesano es sostenible y está pensado y creado para durar en el tiempo y pasar de generación en generación"

-Dígame, ¿por qué es importante la artesanía y por qué se ha propuesto salvarla?

-Las técnicas artesanas forman parte del Patrimonio Inmaterial y, como tal, son Patrimonio Cultural. Si perdiéramos la artesanía, perderíamos cientos de años de Historia, Arte y Cultura. Asimismo perderíamos un elemento esencial de identidad territorial.

-Usted es un profesional del emprendimiento y un experto en artesanía. ¿Cómo consiguió maridar ambas virtudes?

-Me fascina la estrategia, crear, inventar. La creatividad y el emprendimiento van de la mano. La artesanía es transversal pues abarca el arte, los oficios, el turismo, el aprendizaje... Cualquiera de sus facetas tiene cabida en un proyecto profesional.

-Usted también es experto en turismo cultural. ¿Aún es minoritario el turismo premium dispuesto a venir a Sevilla a contemplar y comprar artesanía?

-Sí, aún está sin explotar y tiene muchas posibilidades. Yo mismo organizo experiencias y rutas en las que la artesanía es el eje de unión y la protagonista. El valor añadido de la artesanía es un must para el viajero premium.

-Hablando de turismo, no puedo pasar por alto esta cuestión. ¿Le preocupa que esta actividad acabe convirtiendo los centros de las ciudades, como Sevilla, en simples decorados sin alma?

-Me preocupa y es un asunto a nivel mundial. Es uno de los motivos por los que hay que proteger los antiguos comercios, la artesanía y los talleres, pues poseen una importantísima carga etnográfica e identitaria. Algo que desde el Ayuntamiento de Sevilla se está protegiendo con mucho esmero.

"El turismo 'premium' está sin explotar y tiene muchas posibilidades"

-Para que no le falte nada a su currículo, también es actor. ¿Se sigue subiendo a las tablas?

-Es una de mis grandes vocaciones que algún día retomaré. En este momento me interesa mucho la labor divulgativa de la cultura, el patrimonio y la artesanía. La comunicación unida a la interpretación puede ser un buen camino para volver a subirme a las tablas.

-¿Con qué soñaba cuando era niño? ¿Hubo algo que le marcara especialmente?

-Soñaba con personajes fascinantes, con el cine, con viajar y ser mayor para hacer lo que quisiera y poder ir a los lugares que veía en las películas, me pasaba el día leyendo cualquier libro o revista para aprender algo nuevo.

-¿Hubo algún acontecimiento que le marcara especialmente?

-Recuerdo perfectamente ir en el coche con mis padres y hermanos y pasar por una planicie repleta de obras faraónicas. Mi padre comentaba los avances de aquel lugar que evolucionaba año tras año, mes a mes, para convertirse en una de mis mayores fantasías. La Expo'92. El día de la inauguración recuerdo el discurso de Rey, hablando de futuro y tolerancia. Recuerdo el humo rojo salir por las chimeneas de la fábrica de loza de la Cartuja, las campanas de la Giralda anunciando al mundo que Sevilla era otra vez ciudad universal. En ese momento yo era un niño, pero son recuerdos imborrables grabados en mi alma. Hoy, al ver la exposición Maestros del Futuro en mi ciudad, he visto cumplido uno de mis sueños de infancia.