No hay excesivo interés por los partidos, ni tampoco ha existido una demanda clara. Alfonso Guerra y Cristóbal Montoro, números uno de las listas del PSOE y del PP al Congreso por Sevilla, respectivamente, no se verán las caras en ningún debate en la presente campaña electoral. Los dos grandes partidos coinciden en que no se ha producido ninguna oferta en firme para que así fuera, así como en que las agendas están ya tan apretadas que quedarían muy pocas opciones para su celebración en lo que resta de campaña.

La trayectoria de ambos políticos haría especialmente interesante un debate de estas características. La única opción hubiera estado en que el PSOE y el PP hubieran mandado a sus respectivos números uno al debate que se anuncia para el jueves en Canal Sur Televisión, pero los socialistas ya han decidido que irá José Antonio Viera, secretario general del partido en Sevilla y número dos de la lista, y Ricardo Tarno, también número dos y actual diputado en las Cortes. Izquierda Unida también está invitada a este debate, único que habrá en la televisión pública andaluza dedicado a la provincia de Sevilla.

Los populares aseguran que el PSOE no quiere que Guerra participe en ningún debate, extremo que los socialistas niegan rotundamente recordando que el ex vicepresidente del Gobierno se comprometió en los micrófonos de la Ser a debatir con Montoro en cualquier momento. Los socialistas destacan que sus representantes están participando en los debates de medios locales en los que son requeridos, como en Lebrija Televisión, en páginas web y en entidades específicas, como el Instituto Politécnico de Sevilla, que así lo han solicitado.

Responsables de comunicación de los dos grandes partidos apuntan también a que existe una sensación de "saturación", provocada en buena parte porque no hace ni cinco meses que los ciudadanos han votado en las municipales y, además, los andaluces están llamados nuevamente a las urnas la próxima primavera. En cuanto a los dirigentes políticos, alguno reconoce que en la calle "no existe ningún ambiente de elecciones", aunque en el PP precisan un matiz: "Pero hay más ganas de votar que nunca, pero sólo de votar, no de atender a ninguna campaña".

Esta percepción hace especialmente duro el trabajo de los candidatos en los pueblos, donde la sensación de campaña electoral es aún menor que en la capital. la ausencia de debate sería una prueba de lo que ocurre en la calle.