En campaña electoral no es recomendable tomarse la agenda política al pie de la letra. Los candidatos tienen que relajarse de vez en cuando, y esto fue lo que hizo ayer el de IU, Andrés Ocaña, después del debate que le enfrentó a primera hora de la mañana a su adversario socialista, Juan Pablo Durán, en la sede de la Asociación de la Prensa. Después del mismo, el actual alcalde y su equipo tenían previsto levantar el pie del acelerador y aspirar aire fresco en los Patios. Antes, hicieron una pausa para un café, se les fue el santo al cielo y llegaron con 45 minutos de retraso al patio de Marroquíes, 6 donde les esperaban los concejales Elena Cortés, Alba Doblas y Alfonso Igualada, así como algunos miembros de la lista, Antonio Molina entre ellos.
Una vez compuesta la comitiva, formada por buena parte de la lista electoral, Ocaña hizo un recorrido por uno de los patios más premiados de los últimos años, aunque en esta ocasión sólo le ha correspondido un accésit. Quienes conocen este recinto saben bien que es un dédalo angosto en el que las macetas quedan a escasos centímetros del rostro de cada uno, lo cual es un aliciente en sí. El candidato abría camino entre azucenas, esparragueras, malasmadres y azaleas curioseándolo todo e interesándose por cada detalle.
El patio de Marroquíes 6 se caracteriza, además de por conservar su estructura de casa de vecinos tradicional, por albergar algunos pequeños negocios de artesanía. Hubo uno de ellos que despertó la curiosidad de Ocaña y no precisamente por su profusión de tiestos de áloe vera. Entró y tras él, todos los demás. ¿Por qué hicieron esto? La clave está en el rótulo de la puerta: "Alquimia para el alma. Productos artesanos naturales para el cuidado del cuerpo y de la mente". ¿Lo necesitarán?
El recorrido por el patio, que en algunos momentos se convirtió en una senda por la que transitaban en fila india. Las cabezas iban de izquierda a derecha para no dejarse ningún detalle atrás, como la jaula que había en un rincón donde descansaba un gurriato. "No molestar. Mirar de lejos. No tocar", decía un letrero para repeler a curiosos e impertinentes.
Andrés Ocaña fue marcando el ritmo del cortejo con todos sus compañeros detrás o al lado pero pendientes de la marcha del cabeza de lista. Algunos de los miembros de su lista hubieran deseado pararse más frente a una mata de albahaca o a un rosal de pitiminí. Mezclados con los candidatos de Izquierda Unida iban los componentes de una marcha ciclista organizada por la Asociación Cordobesa de Artritis Reumatoide y la Sociedad Andaluza de Reumatología para fomentar el ejercicio como un ingrediente esencial en una vida sana. Aparcaron las bicicletas en las aceras de la calle Marroquíes y compartieron el disfrute del patio a la vez que los de IU. A la salida, una chica saludó a alcalde desde su vehículo de dos ruedas y le pidió más carriles para bicicletas en la ciudad. Ocaña, conocedor de todos los datos de la gestión municipal -o casi- respondió inmediatamente con el número exacto de kilómetros que hay actualmente en la capital. Añadió los dos kilómetros y pico que están en proyecto para conectar el casco urbano con el Campus de Rabanales a través del viejo camino de la Alcaidía. Satisfecha, la joven agradeció la respuesta y cada uno siguió su camino.
El camino del candidato de IU no iba muy lejos. Llevó a la comitiva a la vuelta de la esquina, al patio de la calle Chaparro, 3, un bello ejemplar de arquitectura moderna donde Ocaña saludó a sus propietarios y comprobó lo relajante que es dejar al margen la agenda política y disfrutar de lo que se disfruta este fin de semana en Córdoba: los Patios.
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