Las encuestas no conceden mayoría absoluta (176 diputados) a ningún partido en el 23J, si bien vaticinan una amplia mayoría para el candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. A pocos días de las elecciones, las fuerzas políticas ponen toda la carne en el asador sin dejar nada al azar. El diseño de los actos de cada candidato se perfila prácticamente a diario.

La conquista de votos urge a todos los partidos en los puntos de la geografía  que tienen la llave de la victoria o de la derrota y donde no están claros los resultados.

Puntos calientes de la campaña

La indecisión de los votantes, según los expertos, se concentra especialmente en 15 provincias: Almería, Córdoba, Huelva, Castellón, Albacete, Ciudad Real, Lugo, Salamanca, Valladolid, Burgos, La Rioja, Guipúzcoa, Huesca, Teruel y Tarragona. PP, PSOE, Sumar y Vox compiten con especial fuerza en estos puntos para acceder a sus posibles escaños.

Estas 15 provincias se reparten entre tres y seis escaños, y uno de ellos depende de un puñado de papeletas. Es decir, unos pocos cientos de votos pueden decantar la balanza. Los partidos, conocedores de ello, incluyen en las agendas de campaña apariciones de los candidatos en estos puntos del territorio.

La edad, ¿otra clave?

El 23 de julio más de tres millones de jóvenes entre 18 y 24 años podrán acudir a las urnas, pero, aunque algunos analistas afirman que su voto va a ser más decisivo que en comicios anteriores, otros opinan que sus papeletas serán tan importantes como las de otros segmentos de edad.

Según asegura Rafael Vázquez, profesor de Teoría Política en la Universidad de Granada, el voto joven va a ser más decisivo por los resultados "ajustados" que parece que obtendrán los bloques de izquierda y derecha. El análisis del catedrático de Ciencia Política de la UNED, Xavier Coller, va en la misma dirección. "Serán relevantes, aunque solo si van a votar. Especialmente, los jóvenes de entornos urbanos no privilegiados, que se supone que votarán a la izquierda".

Por el contrario, el politólogo Manuel Mostaza afirma que el voto joven no será más decisivo que el de las personas de mediana o avanzada edad. "Somos un país muy envejecido y, además de tener pocos jóvenes, participan poco en política. La demografía es la que es y las personas mayores participan más en las elecciones".