Albert Rivera. Presidente de la plataforma Ciutadans

"Hay mucha cobardía en los partidos, si te mueves no sales en la foto"

  • Con la autoridad que le confiere triplicar sus escaños y subiendo en las encuestas pese a la decadencia política, percibe una corrupción institucionalizada y aboga por una transición ciudadana.

-¿La corrupción se ha institucionalizado en Cataluña?

-Lamentablemente sí, la corrupción se ha institucionalizado. La prueba evidente fue que cuando Maragall le dice a Artur Mas que tiene un problema que se llama 3% y Artur Mas dice que sabe de lo que le habla (comisiones por adjudicaciones públicas), cuando en el caso Mercurio vemos que efectivamente existe el 3%, cuando en el caso Palau vemos que es el 4%, al evidenciarse que hay una tarifa establecida a cambio de concesiones administrativas o contratos públicos ya puede hablarse de una trama organizada de corrupción para repartirse el erario público. Pero esa corrupción institucionalizada no es sólo un problema de Cataluña sino de toda España. La peculiaridad es que cuando lo denuncias en Cataluña se envuelven la cartera en la bandera y te acusan de anticatalán y se tapa la corrupción bajo una cuestión identitaria.

-A todo esto, el president Mas está convocando a jueces y fiscales para buscar soluciones contra la corrupción pero parece un contrasentido que deje al margen a los partidos.

-Además se están reuniendo investigadores con investigados. El partido de Artur Mas tiene la sede embargada por el caso Palau, la Fiscalía pide la imputación del número dos de Convergència en el caso de las ITV, por tanto no es que no haya separación de poderes, es que Artur Mas busca una foto simbólica con representantes del TSJC, de la fiscalía, de la Sindicatura de Cuentas... España sufre una politización de los órganos de control. El Tribunal de Cuentas tiene ex diputados de diferentes partidos, la CNMV o el Banco de España tienen políticos al frente, las cajas de ahorros tienen ex ministros del PP o del PSOE. Hay que hacer una transición ciudadana, recuperar el poder que ahora está en manos de cuatro secretarios generales.

-¿Tiene algo que ver la ruptura del pacto que mantuvieron PP y CiU con que estén floreciendo los casos de espionaje?

-Más que el pacto, lo que tiene mucho que ver es la convocatoria electoral. Artur Mas no sólo convoca elecciones porque haya una manifestación independentista, sino porque sabía que iba a salir todo lo que está saliendo, huyen hacia delante. Lo preocupante es por qué no ha salido esto antes.

-Esta pregunta a la primera que se le puede hacer es a la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que estaba muy al tanto como se ha evidenciado con el escándalo de las escuchas de su conversación con la ex novia de Oriol Pujol, que le relató los viajes con mochilas repletas de billetes.

-Se enteró hace tres años y tenía la obligación de denunciarlo. Es como si hubiera un pacto entre PP y CiU de no hacerse daño, un comportamiento más mafioso que democrático. El caso de las escuchas es sintomático y sitúa a los dos partidos de ámbito nacional en una trama de cambio de favores y contraespionaje. Eso es muy grave y por eso hemos solicitado una comisión de investigación en el Parlamento de Cataluña.

-También es grave que el director de Método 3 acuse al entorno de Sánchez-Camacho de ordenar las escuchas. ¿Pondría la mano en el fuego por ella?

-No, ni por ninguno de los que aparecen implicados. Aquí tiene que caer mucha gente, no sólo los detectives, sino los que compran sus informes.

-Todo esto se traduce en un recelo creciente con su punto de animadversión hacia los políticos. ¿Asume usted alguna cuota de responsabilidad en este descrédito?

-Nosotros no hemos gobernado ni somos corruptos, pero asumo toda la responsabilidad como responsable político y cargo público. Toda la porquería que está aflorando no se puede tapar, las heridas hay que limpiarlas o se pudren.

-Eso nos lleva al futuro de Rajoy. ¿Está en manos de Luis Bárcenas?

-Sí. Suscribo lo que dijo Rubalcaba de que el Gobierno depende de un ataque de sinceridad de su ex tesorero. Sabe que eso no puede ser. Como no puede ser que España esté pendiente de los emails de Torres.

-¿Les concede credibilidad?

-Eso tendrá que decirlo el juez. Lo evidente es que la corrupción afecta al Gobierno de España, que está tocado y débil diga lo que diga Rajoy, que si tiene alguna autoridad debe cesar a Ana Mato. Y la amnistía fiscal de Montoro ha matado moralmente a la clase media española.

-Volviendo al Rey, ¿considera usted que debe abdicar más pronto que tarde como plantea el PSC?

-El debate en la calle afecta a la Casa Real. Debe someterse a la ley de transparencia y tras 40 años de reinado es legítimo que se plantee una transición, que no una ruptura, como plantea Pere Navarro. Más que una abdicación tiene que haber un plan de transición y el Príncipe debe empezar a tener más protagonismo.

-Como el de Beatriz Talegón. ¿Se identifica con ella, su canto a la rebeldía es incoherencia o audacia?

-Demuestra que ser valiente y osado merece la pena. Hay mucha cobardía en los partidos, si te mueves, como decía Alfonso Guerra, no sales en la foto. Una crítica no equivale a una deslealtad y el mayor mérito de ella es que se ha ganado tirón mediático.

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