España

La 'nueva' Batasuna, entre rejas

  • Garzón envía a prisión a Otegi, Díez Usabiaga y otros tres dirigentes por intentar reconstruir la formación 'abertzale' · Asegura que el ex portavoz de Batasuna tenía la misión de "conseguir treguas encubiertas"

El juez Baltasar Garzón ordenó ayer el ingreso en prisión del ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi, del ex secretario general de LAB Rafael Díez Usabiaga y de otros tres dirigentes de la izquierda abertzale acusados de intentar reconstruir la dirección de la formación ilegalizada.

Así lo confirmaron fuentes jurídicas, que precisaron que el juez dejó en libertad al histórico dirigente de Batasuna Rufi Etxebarria, a Ainara Oiz Elorriaga, a José Luis Moreno Sagües, candidato al Parlamento Foral en una lista que fue ilegalizada, a José Manuel Serra y a Amaia Esnal, a estos tres últimos con una fianza de 10.000 euros.

Los otros tres detenidos que Garzón mandó a prisión son la ex tesorera del PCTV-EHAK Sonia Jacinto; Miren Zabaleta, hija del coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta; y Arkaitz Rodríguez, juzgado en 2006 por ser miembro del aparato de captación de ETA. Otegi, Etxebarria, Usabiaga, Jacinto y Rodríguez fueron arrestados en la sede del sindicato LAB en San Sebastián, donde se habrían reunido los dirigentes abertzales en once ocasiones desde el pasado 17 de abril; mientras que a Esnal y Serra los detuvieron en la localidad guipuzcoana de Hernani, y a Zabaleta y Moreno en Pamplona. El fiscal no pidió prisión para Etxebarria puesto que éste no pudo estar en esas reuniones ya que cuando tuvieron lugar se encontraba encarcelado.

Los detenidos habrían formado un grupo llamado Bateragune, que en euskera significa punto de encuentro y que sería el germen de una futura Mesa Nacional, que al parecer tenía como primer objetivo el regreso de Batasuna a las instituciones del País Vasco.

El juez Garzón considera también que Otegi tenía entre sus funciones como "máximo responsable" de Bateragune, nuevo "referente político" sustitutivo de Batasuna, el "conseguir treguas encubiertas para Euskal Herria de acciones de ETA en cumplimiento de las directrices de ésta". La existencia y función del Bateragune se constata en un documento manuscrito intervenido a Otegi. El auto del juez también detalla que el objetivo de este proyecto era "facilitar los contactos y aproximaciones con formaciones o agentes políticos y sociales soberanistas o independentistas que se muestren contrarios a la violencia y que exijan su cese como requisito para continuar, si bien la actividad violenta continúa en el resto de España".

Al margen de la actuación de Otegi, al que dirigentes como Rafael Díez Usabiaga se referían con el apodo de Ronaldinho, la resolución judicial detalla que en diciembre de 2008 ETA elaboró un "proyecto de carácter político-militar en el que, junto a la acción terrorista, incluía la propuesta de una convergencia entre la izquierda abertzale y distintos agentes soberanistas, fundamentalmente del partido político Eusko Alkartasuna", excluyendo al PNV.

De hecho, entre los objetivos de esta convergencia soberanista, figurarían "disputar y quitar al PNV tanto la hegemonía en el ámbito abertzale como el estatus de primer interlocutor con el Estado" o "tener bien estructuradas y fortalecidas las fuerzas soberanistas-independentistas de cara al proceso de negociación que tendrá que ponerse en marcha antes o después con el Estado". En este sentido, el juez subraya que en las pasadas europeas ETA "estaba preocupada" porque la opción por la que apostaba la organización terrorista era EA para quitar votos al PNV, y no Iniciativa Internacionalista.

El objetivo de esta estrategia, que fue conocida por la incautación en abril de 2009 de un documento al etarra Ekaitz Sirvent, era formar "una alianza estratégica nacional que colaborara en la presión para forzar al Estado español a asumir un nuevo proceso de negociación y que, una vez abierto, impusiera el reconocimiento del derecho de autodeterminación".

Bateragune, que debía estar listo "en la primavera de 2010", no tenía el objetivo de "iniciar una apuesta por las vías políticas institucionales y democráticas, abandonando la violencia terrorista, sino, sencillamente, adaptar ésta a la evolución de esta peculiar apuesta política, en la que los obstáculos no son superados mediante los votos, sino mediante las bombas", según destaca Garzón. Una estrategia presidida por la "combinación criminal de votos y bombas".

El juez añade además que Otegi se ha reunido directamente, o a través de otros, como Santiago Orue, con etarras presos o responsables de Batasuna. Sobre Díez Usabiaga, el juez le sitúa como autor de varias cartas guardadas en una memoria portátil intervenida en la sede de LAB, y en las que se leen frases como "tras el agerraldi (presentación pública) habrá que ver cómo podemos dotar de credibilidad la apuesta".

En concreto, detalla Garzón, en una misiva de comienzos de junio, Usabiaga señala que se iba a Barcelona "al mitin de fin de campaña" porque Ronaldinho -Otegi- no tenía muchas ganas" y le habían "enchufado" a él.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios