La identidad de los comensales que asistieron a una cena en el madrileño restaurante Ramsés con el ex diputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, apodado Tito Berni, y cabecilla de la presunta trama corrupta del caso Mediador, centró este martes el foco político de este escándalo, que aprovechó la derecha para tratar de acorralar al PSOE y al Gobierno, desde donde se insiste en que no hay constancia de que haya más parlamentarios de sus filas implicados.

Del torrente de mensajes, grabaciones y fotos que ha entregado a la Justicia el intermediario que da nombre al caso Mediador, Marco Antonio Navarro Tacoronte, esta cita es la que trae de cabeza al PSOE: "A las nueve de la noche en el Ramsés, mesa para quince. Solo personas del Partido Socialista".

El portavoz del PSOE en la Cámara sostiene que no tiene constancia de más implicadosPP, Cs y Vox exigen responsabilidades y explicaciones en el Congreso

Figura en un mensaje de audio que Navarro Tacoronte envió el 21 de octubre de 2020 a Curbelo para concertar una cena esa misma noche en el restaurante.

¿Quiénes estuvieron en esa cena, además del intermediario y Fuentes Curbelo? Navarro Tacoronte no lo ha revelado hasta ahora, ni el dato figura en la primera de las piezas separadas que la jueza de Santa Cruz de Tenerife ha abierto con toda la información contenida en su teléfono móvil.

"Una cosa es ir a una cena y otra es corromperse", afirmó este martes el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, quien aseguró que en el partido no tienen constancia de que ningún otro diputado socialista pueda estar implicado en este caso.

López reconoció que se "ha hablado, mirado o, si quieren llamarlo, investigado" dentro del PSOE, donde no consta "ninguna otra actitud con comportamientos deshonestos". "En el momento que los conozcamos actuaremos", dijo.

"La corrupción o se ataja o se compadrea. El PSOE la ataja y expulsamos, otros compadrean", aseveró, en la misma línea que se pronunciaron en Moncloa. En el hipotético caso de que hubiera otros implicados se actuaría con la misma firmeza que creen que se ha demostrado hasta ahora y en contraste con la actitud del PP, remarcaron.

"Los socialistas los expulsamos y otros se hacen fotos con alcaldesas... o se sientan a comer con imputados", expuso López.

Ni Moncloa ni el PSOE consiguieron aplacar el discurso de PP, Vox y Cs, que aprovecharon la munición que les da el caso y exigieron responsabilidades y explicaciones en el Congreso. Los populares y Vox avanzaron que se personarán como acusación popular en la causa judicial -también lo ha hecho el PSOE-.

El PP exigió al PSOE que identifique a los diputados implicados al tiempo que solicitaron las comparecencias de los ministros de Economía, Interior, Asuntos Exteriores y Defensa.

Aunque el epicentro del caso está en Canarias, las réplicas del seísmo político se sienten en el Congreso, donde el PP no descarta una comisión de investigación, que Compromís y ERC están dispuestos a respaldar, mientras que Cs pidió a los populares que la registren al tiempo que hablan con el Grupo Mixto para promoverla.

UP ve "gravísimo" lo sucedido, pero no "seguirá el juego al PP de la Gürtel, de la Kitchen..." con la comisión de investigación, mientras que para Vox este es un "clavo más en el ataúd" del Ejecutivo.

También salió a la luz que Fuentes Curbelo recibió en el Congreso cuando era portavoz adjunto del partido en la Comisión de Hacienda al empresario Maximiliano Poveda, el tercer moroso de España, que debía impuestos por 23,55 millones. Conforme al atestado de la Policía con el resumen de su investigación, Poveda pretendía que se "le allanase el camino para la celebración de conciertos en Canarias para la instalación de tanques" de petróleo o derivados.

Además, de acuerdo con el auto por el que Fuentes Curbelo quedó en libertad tras prestar declaración, este llegó a pedir dinero a uno de los empresario con los que contactaba la trama.