Pedro Sánchez: "Mi deber como capitán es tomar el timón y defender a un Gobierno progresista"
El líder socialista comparecerá ante el Congreso para explicar lo que llama "caso Koldo" pero descarta la cuestión de confianza
Ferraz controló las cuentas del PSOE andaluz desde 2022

Sigue adelante, puro manual de resistencia. O enrocamiento. Pedro Sánchez no contempla someterse a una cuestión de confianza en el Congreso. Sí comparecerá ante el Parlamento, donde el PSOE propondrá, además, una comisión de investigación sobre lo que él llama el caso Koldo. Se reunirá con todos sus aliados parlamentarios, pero el presidente del Gobierno descarta la cuestión, una medida que le obligaría a dimitir si no saliese adelante.
Con un tono muy diferente al del jueves pasado, cuando pidió perdón a los ciudadanos por el caso de Ábalos y Cerdán, el presidente del Gobierno ha dado una rueda de prensa en Ferraz y ha retado a los líderes del PP y de Vox a que presenten una moción de censura. Es más, ha acusado a los dos partidos de la oposición de estar inmerso en otros casos de corrupción. Ha llegado a recordar que Feijóo se fotografió con un narcotraficante.
Sánchez ha pasado al ataque. Tras unas breves palabras en las que se ha mostrado dolido por la actuación de Cerdán y Ábalos, el presidente del Gobierno ha criticado a los partidos de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. "Mi deber como capitán es tomar el timón y proteger el Gobierno de coalición progresista", ha subrayado. "Sería irresponsable entregar las riendas a PP y Vox", ha añadido.
El presidente del Gobierno también ha descartado un adelanto electoral antes de las municipales de mayo de 2027 como han solicitado algunos alcaldes y líderes territoriales. Tampoco hará coincidir las locales y las generales. "Las elecciones son cada cuatro años, no habrá un superdomingo electoral", ha indicado sobre esa posible coincidencia. No obstante, Sánchez ha explicado que entiende que haya compañeros que estén pensando en otras opciones, y a ellos les ha pedido que expresen sus opiones en el comité federal y en los órganos de discusión. "La democracia interna hace más fuerte a la organziación", ha añadido.
La reunión de la Ejecutiva de este lunes se ha prolongado durante cuatro horas y media, debido a que se han solicitado muchos turnos de palabra. Sin embargo, tal como ha explicado Sánchez, la dirección le ha dado su apoyo, no ha habido un cuestionamiento de los dos nombramientos concatenados de dos secretarios de Organización, José Luis Ábalos y Santos Cerdán. Los cambios, por tanto, aprobados este lunes son los que se fueron conociendo a lo largo de la mañana: se ha aprobado la expulsión definitiva de Ábalos, se ha encargado una nueva auditoría externa de las cuentas del partido y se ha nombrado a cuatro personas para que sustituyan a Cerdán hasta el comité federal.
El PSOE ha acordado una remodelación de su Ejecutiva hasta el 5 de julio, cuando se celebre el comité federal donde se dará cuenta de un cambio más profundo. Pedro Sánchez ha optado por crear una comisión formada por cuatro personas para relevar al secretario de Organización: serán Cristina Narbona, actual presidenta federal; Ana María Fuentes, gerente; Montse Mínguez, secretario de Trabajo, y Borja Cabezón, secretario de Acción Democrática. El comité federal no tendrá lugar en Sevilla, tal como se había planeado, sino que será en Madrid, como es habitual.
Pedro Sánchez comparecerá ante el Congreso para explicar la situación que se ha vivido en su partido, pero rechaza la cuestión de confianza. Esta figura está regulada por los artículos 112 y 114 de la Constitución. Por ella, el presidente se presenta ante el Congreso con un programa o una declaración, y se necesita de una mayoría simple -más síes que noes- para que salga adelante. Si no fuese así, el líder del Gobierno presentaría su dimisión ante el Rey, y éste tendría que convocar una ronda de consultas para proponer un candidato al Congreso. Por tanto, si la cuestión de confianza no se otorga, habría un presidente en funciones -en este caso, la vicepresidenta María Jesús Montero-, a la espera de la votación en el Congreso.
No obstante, si no hubiera acuerdo en la Cámara tras la ronda del Rey, se convocarían las elecciones, pero se celebrarían dos meses después de la primera votación fallida. Eso abriría un largo período en el que el Ejecutivo gobernaría de modo interino. Para que Sánchez lograse superar la cuestión de confianza, necesita del apoyo de todos los aliados, incluido Junts, Bildu y ERC. Si Podemos votase en contra, tal como ha sugerido su portavoz, el presidente no pasaría la cuestión. Sin embargo, a Sánchez sí le valdría una abstención de los morados, porque la votación se quedaría 175 síes a 172 noes.
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