España

Estoy aquí... señor Sánchez

Tres razones esgrimió ayer el candidato a presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para justificar que estaba "aquí", en la tribuna del Congreso, mirando de reojo al líder socialista, Pedro Sánchez, con un discurso en el que sólo Cataluña y la amenaza de terceras elecciones ha removido de sus escaños a sus señorías.

Porque España necesita un Gobierno con urgencia, porque los españoles han preferido al PP con su votos y porque no hay otra alternativa más razonable que la suya, Rajoy ha hecho volver de sus vacaciones a la mayoría de los 350 diputados para que escucharan, en una tarde calurosa de agosto y a la hora de la siesta, las propuestas con las que quiere seguir en La Moncloa.

"Estoy aquí...", en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, al que Rajoy acudió con un traje azul oscuro y una corbata azul corporativo con topos, el color que eligió también para esa prenda, en un guiño al acuerdo de los 150 puntos, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, aunque su traje era gris claro, quizá para marcar diferencias.

Negro era el traje de Pedro Sánchez y de rayas azules y negras su corbata. Como negra era la camisa del líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Un variopinto look, al que ya nos hemos acostumbrado en la brevísima legislatura pasada y que incluía camisetas reivindicativas, recorría el hemiciclo, salpicado de señorías bronceadas y de algunos vestidos estampados y muchos blancos entre las diputadas, incluida la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, que se estrenó con solo una llamada al orden.

Ni el didáctico desglose del gasto público con el que Rajoy ha querido ilustrarnos para que sepamos dónde van nuestros impuestos, ni la gruesa cifra del presupuesto de las pensiones (130.000 millones de euros para 9,5 millones de beneficiarios) ni las propuestas económicas y educativas han alterado el gesto, casi de hastío, de sus señorías. A excepción del abucheo desganado de los diputados de Podemos y de Izquierda Unida cuando Rajoy enfatizó: "La corrupción se persigue hoy más que nunca".

Como ya hemos dicho, el respetable se creció al compás de Rajoy en su defensa de la unidad de España y en su rechazo al desafío secesionista, en el que echó mano de la Pepa, la Constitución que se firmó el día de San José de 1812, para arropar sus argumentos.

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