Estepona

El testimonio de una persona intersexual: "He vivido en un personaje ficticio, que era Sergio"

La esteponera Ana Hellen Mena.

La esteponera Ana Hellen Mena. / Mª Jesús Serrano (Estepona)

La esteponera Ana Hellen Mena es una persona intersexual que ha transitado hacia la difícil situación de vivir y expresarse como mujer tras años de haber “vivido en un personaje ficticio, que era Sergio” y descubrir que tenía órganos femeninos con un aspecto masculino, un proceso que no ha estado exento de acoso, rechazo y frustración, pero que la joven ha sabido afrontar y empoderarse para mostrarse al mundo tal y como es y se siente, una fémina.

Descubrir la verdadera identidad con el paso del tiempo, ha sido uno de los logros de esta joven de 28 años, que con 9 pensó que era “homosexual”, con 11 tuvo “los primeros síntomas de la regla”, con 21 creyó ser un “chico transexual” hasta definir su situación real. Es un caso de intersexualidad, que es “sinónimo de hermafroditismo”, ha relatado.

La decisión de iniciar un proceso de “transición” comenzó en 2016 en la Unidad de Endocrinología del Hospital Civilde Málaga, donde le practicaron diversas pruebas para la “hormonación”, aunque siempre tuvo claro que no quería operarse. Una ecografía dio con la clave, y hallaron “restos del cuello uterino, ovarios, trompas de Falopio, e incluso, glándulas mamarias y mamás” en los órganos internos de Hellen.

“Tengo un clítoris desarrollado en forma de micropene que puede medir entre 3 y 4 centímetros y erecto entre 7 y 8. El escroto son los labios vaginales fusionados, pero no tengo testículos sino un bulto de grasa”, ha comentado. Estas “deformaciones” internas se deben a la ingesta de las “pastillas anticonceptivas” por parte de su progenitora, que “tienen muchas hormonas”, ha valorado.

Enfrentarse al espejo y aceptar su cuerpo fue uno de los principales retos que enfrentó la joven: “Lloré como la que más y empecé a ponerme en el cuerpo con rímel todos los insultos que recibía y empecé a reírme, porque lo que estaba haciendo era superar ese miedo”, ha apuntado a modo de terapia. “Esto que tengo entre las piernas no es mío. Me sentía vacía, llorar, deprimirme, alejarme de la gente que más quería y reprocharles algo que realmente eran mis miedos y mi inseguridad. No me sentía completa. Cuando quiero cambiar, es cuando empiezo a amarme y a ver todos los defectos que tiene mi cuerpo y las convierto en cosas bonitas, que son únicas”, ha agregado.

Anna Hellen Mena tiene órganos femeninos como ovarios y restos del cuello uterino. Anna Hellen Mena tiene órganos femeninos como ovarios y restos del cuello uterino.

Anna Hellen Mena tiene órganos femeninos como ovarios y restos del cuello uterino. / Mª Jesús Serrano (Estepona)

La determinación llegó después, en 2017, cuando en un grupo de WhatApp familiar comunicó que “lo que veía en el espejo no era yo, que Sergio tenía que esfumarse para dar paso a Ana Hellen”. En 2018 Inicio el proceso de “transición para hormonarme y perder las pocas hormonas de chico que tenía” al pensar que era transexual. Lo primero fue elegir el nuevo nombre, Ana por su abuela, y Hellen por elección de su hermana, lo que fue un “desahogo”. Tras numerosas pruebas descubrió que era intersexual, en concreto de la “variante cromosomas XX 46”, relativa a “personas que tienen ovarios, órganos femeninos y apariencia masculina”, y que según su médica, es “la única en España”.

“He estado 22 años de mi vida pensando que era Sergio y nunca ha existido, que era homosexual y nunca lo he sido y pasando por una infancia en la no tendría que haber sufrido bullying”, ha recapitulado Mena sobre su proceso evolutivo después de conocer que es intersexual. “Tengo que desmentir toda mi vida durante 22 años porque siento que he vivido una mentira y tengo que empezar a llenar todos esos años, y he llegado a la conclusión de que he vivido en un personaje ficticio, que era Sergio, que ha marcado mi vida por completo con el cual he aprendido a equivocarme, a caerme y a levantarme sola, y a ser fuerte en la transformación a Hellen”, ha agregado.

En ese momento, “intentaba vivir todo lo que no había vivido en dos años cuando no sabía que era mujer como ir a discotecas, vestirme de mujer, maquillarme, ponerme unos tacones o un bolso, no era sano”. Así, ha valorado que una vez que “maduro emocionalmente conmigo misma, es cuando ya la gente me tomó más en serio”. Ahora mira al futuro y afirma ser “una mujer empoderada, fuerte, viva” tras transmutar por “esa evolución de estar vacía e intentar llenarme con los comentarios y lo que opina la gente, a llenarme de mí y que lo que gente opine me dé un poco más igual”. El mayor regalo, que la traten de "ella".

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios